Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad

Análisis de España: Cuando Sudáfrica 2010 queda tan lejos

César Suárez
Análisis de España: Cuando Sudáfrica 2010 queda tan lejos
Análisis de España: Cuando Sudáfrica 2010 queda tan lejosProfimedia
Hablar de España en los Mundiales es recordar aquel mágico 2010, el año que marcó un antes y un después en la historia del fútbol en el país. Un título de campeón del mundo que unió, más allá del deporte, a una sociedad con rivalidades crecientes y sumida en una crisis económica que, por momentos, quedó en un segundo plano. Sólo en los ejemplares Juegos Olímpicos de Barcelona 92 se vivió semejante felicidad entre todos los españoles. Allí, curiosamente, con una generación liderada por Pep Guardiola, también la selección de fútbol se llevó el oro. Lejos quedan ya ambos hitos. La cita de Catar, a la que se acude sin ningún favoritismo pero con jugadores que han ganado mucho en categorías inferiores, podría, por qué no, volver a marcar un punto de inflexión ganador. Soñar es gratis.

Introducción

En Sudáfrica, Shakira puso de moda el Waka Waka. Pero de allí también salió otro himno, en este caso no musical sino futbolístico, el tiki taka. Era una manera maravillosa de entender el fútbol, de crear magia con el balón, de hacerlo desaparecer en una defensa liderada por Ramos, Piqué y Puyol para que los magos Xavi, Iniesta o Xabi Alonso lo hicieran aparecer en una delantera donde los Villa y Fernando Torres acababan el truco con sus goles. 

Aquella España de los ‘locos bajitos’ marcó una tendencia que intentó ser imitada. Sólo Alemania llegó a parecerse. Ni siquiera las siguientes generaciones de La Roja pudieron acercarse a aquel fútbol asociativo en el que no hacía falta marcar muchos goles para dar lecciones sobre el césped. Anclados en el pasado, los españoles fracasaron en Brasil 2014 y en Rusia 2018, donde el esperpento fue mayúsculo cuando días antes fue destituido su entonces seleccionador, Julen Lopetegui, por haberse comprometido con el Real Madrid para después de la Copa del Mundo. 

De aquellos tiempos ganadores sólo queda un superviviente, Sergio Busquets (34). Desde el banquillo, Luis Enrique ha ido introduciendo savia nueva, intentando actualizar la obsoleta versión del tiki taka para adaptarse a los nuevos tiempos. De momento, le ha servido para alcanzar dos Final Four de la Liga de las Naciones, pero ¿dará para aspirar al cetro mundialista?

Fortalezas

España siempre ha tenido excelentes futbolistas dotados de una enorme calidad técnica. Y los vuelve a tener. Es, sin duda, su mayor virtud. La nueva hornada de jugadores viene empujando tan fuerte que ya se les quiere comparar con sus grandes ídolos cuando aún no han cumplido ni los 20 años. Pedri y Gavi, los dos últimos ganadores del Golden Boy, son el principal exponente de esa atractiva juventud en la que también sobresalen Dani Olmo (24), Ansu Fati (20), Ferran Torres (22) o Yéremi Pino (20), entre otros. No son los más fuertes, ni los más rápidos, ni los que más kilómetros corren. Sin embargo, su manera de manejar la posesión, de cuidar el balón, de asociarse, es algo de lo que muy pocas selecciones pueden presumir. 

Es curioso, o no, que este tipo de fútbol de manejo de balón no sirva para lo que, en teoría, está destinado, que es marcar muchos goles. Su última goleada data de septiembre de 2021, un 4-0 ante la débil Georgia. Aunque, para ponerlo todo en contexto, los de Luis Enrique llevan 20 partidos consecutivos marcando al menos un gol desde que en junio de 2021 empataron a cero contra Suecia. 

Para lo que también le está sirviendo esta nueva versión del tiki taka es para apenas conceder oportunidades en su propia portería. Con Unai Simón fijo tras el fiasco de De Gea como relevo del añorado Íker Casillas, sólo Portugal ha encajado menos goles (3) que España (5) en la Liga A de las Naciones. Y mira por dónde, en el encuentro decisivo entre las dos selecciones ibéricas, fue la española la que mantuvo su meta a cero, ganando 0-1 en tierras lusas. El gen competitivo, herencia de la antigua ‘Furia Roja’, es una gran virtud y muy aprovechable en un Mundial con partidos a vida o muerte día sí y día también. 

Debilidades

Como decíamos, esta España sufre mucho para decidir los partidos por no transformar su dominio en goles a pesar de su teórica superioridad. Es, a veces, muy frustrante ver más de 800 pases en un partido y que eso no se traduzca en disparos a puerta o en acciones peligrosas. Basta el ejemplo de la última derrota en competición oficial. El pasado 24 de septiembre, ante Suiza, los de Luis Enrique tuvieron un 74% de posesión, dieron 809 pases por 278 de sus rivales, produjeron 184 ataques contra 76… y sólo cuatro remates a puerta por cinco de sus oponentes. Resultado final: 1-2, victoria de los helvéticos.

Once ideal

Unai Simón; Carvajal, Laporte, Pau Torres, Jordi Alba; Busquets, Koke, Pedri; Asensio, Morata, Dani Olmo. 

Lo único prácticamente innegociable para Luis Enrique es el dibujo con el que empieza los partidos, el 1-4-3-3, si bien se puede ir modificando gracias a la versatilidad de los jugadores con los que cuenta. Porque eso hay que reseñarlo, no hay un once fijo. Es más difícil adivinar un equipo titular del asturiano que el ganador del Mundial. Y mira que hay aspirantes.

Habrá que ver cómo llegan algunos futbolistas que se han recuperado recientemente de lesiones, como Marcos Llorente (27), Laporte (28) o Dani Olmo (24) o Koke (30).

Donde no tiene dudas el seleccionador es en la portería, con Unai Simón como el indiscutible número uno. Dos porteros en gran forma en la Premier y que ya ocuparon ese lugar en la meta española, De Gea y Kepa, no se ganaron su confianza y pasaron casi de la titularidad a no volver a una convocatoria.

Arriba, el killer en el que siempre ha confiado el míster es Álvaro Morata (30). En sus mejores y peores momentos, sus cualidades son las que quiere Lucho para su España. Y si no, Asensio (26) está preparado, en su mejor forma desde hace mucho tienpo. 

La clave

No ha sido nunca España un conjunto con una estrella indiscutible como Argentina con Messi o Portugal con Cristiano Ronaldo. Pero sí ha tenido siempre líderes de equipo, futbolistas con carácter para tirar del carro en los momentos de mayor dificultad. Ese estatus de gran capitán no lo tiene ahora Luis Enrique. Hay quien dice que porque no quiere a nadie que le haga sombra. Tuvo a Sergio Ramos, el último que ejerció ese rol, pero aprovechó sus lesiones el pasado año para dejar de contar con él. Busquets es el único de aquella hornada de campeones del mundo, pero es otro tipo de líder, más silencioso, menos mediático para reducir la presión. Y ni de lejos está a su anterior nivel en la que puede ser su última gran competición por equipos.

Habrá que ver si hay algún otro futbolista capaz de coger esa manija, de tomar esa responsabilidad dentro y fuera del campo, y de levantar a sus compañeros si estos caen.  

Predicción

Tiene España un camino complicado en Catar. Por lo pronto, siempre con el máximo respeto a Costa Rica y a Japón, a priori deberá luchar con Alemania por la primera plaza del grupo E. Si es así y queda primera, el cruce en octavos podría ser contra la pujante Bélgica de De Bruyne o la archiconocida Croacia de Modric. Pero lo peor llegaría en cuartos con un posible enfrentamiento con Brasil si esta también queda primera de su grupo. Hay quien piensa que hasta sería mejor ser segunda… siempre que Brasil no lo sea también porque entonces estaríamos en las mismas. 

Ese, el de llegar a cuartos de final, parece un objetivo razonable para España. De ahí a soñar en grande.