Caio Bonfim empezó a marcar el ritmo al comienzo de la prueba, aunque una advertencia de los jueces hizo que regresara al grupo en torno al ecuador. De hecho, los cambios en cabeza fueron constantes por un largo período (el chino Jun Zhang, el italiano Massimo Stano o el sueco Perseus Karlstrom).
El ritmo subió a los ocho kilómetros -por primera vez por debajo de 4'-, justo cuando el sol empezaba a asomar de forma tímida. Álvaro Martín y Paul McGrath se mantenían junto a los más rápidos; Diego García trataba de seguir escalando tras un inicio algo más dubitativo e integraba el top 10.
Yusuke Suzuki podía estar muy tranquilo porque su récord del mundo (1:16:36, el 15 de marzo de 2015 en Naomi) iba a mantenerse en el tiempo. La marca olímpica de Ding Chen (1:18:46 en Londres) tampoco se vio superada. Factores como la elevada temperatura, con no poca humedad, y el hecho de empezar más tarde no ayudaron.
Un podio soñado
El indio Akshdeep Singh se vio resignado a abandonar muy pronto y el mexicano José Luis Doctor fue descalificado tras haber cumplido una penalización. No eran los únicos sin opciones de ganar: muchos de los atletas se quedaban muy lejos de los primeros clasificados. La brecha, cada vez mayor.
Las condiciones meteorológicas se endurecieron con el paso del tiempo y McGrath, que había comparecido junto a Martín durante más de una hora, dijo adiós a sus opciones de conseguir metal -acabó en un meritorio 17º puesto-. El caso de García, en tierra de nadie, era distinto (terminó en la 33ª plaza).
En la recta final de la cita, el vigente campeón del mundo vio cómo el número de aspirantes se reducía a sólo cuatro hombres (los otros tres eran Bonfim, Stano -con problemas en un tobillo- y Pintado). Álvaro, muy regular a lo largo del jueves, se sostuvo en los metros decisivos y firmó el bronce después de llegar a meta tras el brasileño y el ecuatoriano en 1:19:11.