Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad

Australia se pregunta si el reciente adiós de Rafa Nadal será definitivo

AFP
Nadal, una incógnita para los próximos años
Nadal, una incógnita para los próximos añosMANAN VATSYAYANA / AFP
"¿Va a volver?": la pregunta se cernía el jueves en el Melbourne Park, que todavía digería la temprana eliminación del campeón vigente, castigado una vez más por su cuerpo.

Aunque las lesiones fueron un martirio en su carrera, pocas veces se había visto en Nadal un tono tan sombrío a la leyenda de 36 años, que terminó el encuentro sin apenas poder moverse ni darle de revés.

Corría el fin de la segunda manga y Nadal, que ya iba un set y un quiebre por debajo, se llevó la mano a la cadera con evidente gesto de dolor.

Con su mujer llorando en la grada, se retiró al vestuario para recibir atención médica y luego resistió en la pista hasta que se consumó su eliminación en segunda ronda ante el estadounidense Mackenzie McDonald.

"Oh, Rafa. El campeón con dolor, su mujer entre lágrimas y los aficionados se preguntan si es la última vez", reza en su portada el diario australiano The Australian.

La eliminación del 22 veces campeón del Grand Slam cayó como un jarro de agua fría en el Melbourne Park. Desde 2007 Nadal había llegado siempre al menos en cuartos de final, excepto en 2016 donde se quedó por sorpresa en primera ronda.

En la primera edición tras la retirada de Roger Federer, Serena Williams o Ashleigh Barty, Melbourne se quedó también sin el actual número uno del mundo, Carlos Alcaraz, el ídolo local Nick Kyrgios, lesionados, y la dos veces campeona japonesa Naomi Osaka, embarazada.

"Quería que Nadal pasara. Quería verlo en las rondas finales (...) Es muy popular, tiene una buena personalidad, es un campeón al que todo el mundo quiere ver", decía James Foster, un británico residente en Sídney.

No pudo ver el partido, pero se enteró al momento de la lesión. "Mi amigo me escribió: '¡Oh no, está cojeando!'", recuerda.

"Y todos los chats eran de: 'ojalá no sea el final para él'. Estaría bien que pudiera volver a Francia y hacerlo bien".

Según anunció el afectado este jueves, la lesión en el músculo flexor de la cadera y lo tendrá de baja entre 6 y 8 semanas, con lo que en principio podría competir en mayo a Roland Garros.

"El fin de una era"

La misma incógnita planea sobre la prensa de Australia. "Se acerca a los 37 años y los 1.300 partidos de profesional. ¿Cuántos más va a haber?", se pregunta Adam Peacock en una columna en el Herald Sun.

"Nada es seguro ya. Con 36 y luchando constantemente contra lesiones, el tiempo de Nadal se agota más rápido de lo que quiere", indica la crónica del partido en el periódico, que en su portada evoca "la agonía de Nadal".

"El Abierto de Nadal se ha terminado en un tris tras, ¿pero va a volver?", se pregunta el periódico The Age. "Él no pudo dar por seguro si podría superar otro revés", agrega.

Abatido en la rueda de prensa posterior, el español se resistía a lanzar la toalla: "Lo que quiero es seguir jugando a tenis", pero "van sucediendo cosas y a nivel deportivo el vaso se va llenando y llega un momento que el agua puede salir por fuera".

En la fría mañana de verano en Melbourne, por fin soleada tras dos días de lluvia, los aficionados se agarran a la capacidad de sacrificio de Nadal, que hace un año se sobrepuso a un dolor crónico en el pie para llevarse el torneo.

"Fue muy valiente que continuara con su lesión" el miércoles, dice Thomas Nianiakos. "Es un luchador, no creo que sea la última vez aquí", agrega.

También esperanzada se mostraba Megan Lewis, mientras tomaba una fotografía de la Rod Laver Arena, el escenario de la eliminación de Nadal. "Espero que se recupere y vuelva. Le gusta jugar aquí y a la gente le encanta".

Sin embargo, la sensación de epílogo se hace inevitable: "Es triste, es el fin de una era, con Federer ya fuera. Pero hay nuevos tenistas llegando, bastante buenos, así que ojalá haya más Federers, más Rafas y más Djokovics", dice Lewis.

"Aunque Djokovic todavía está aquí y probablemente gane", agrega.