Susie y Toto Wolff fueron objeto de investigaciones abiertas por la FIA para determinar si estaban en el centro de un potencial conflicto de intereses. Dos días después de haber anunciado ese procedimiento, la FIA indicó a principios de diciembre que no había caso.
La empresa Formula One, que gestiona el campeonato del mundo de Fórmula 1, y Mercedes, que rechazó de manera categórica las acusaciones formuladas contra el matrimonio Wolff, mostraron su descontento con cómo gestionó la FIA el asunto.
En un mensaje publicado entonces en las redes sociales, Susie Wolff había afirmado que las acusaciones en su contra conllevaban "intimidación y misoginia".
Susie Wolff confirmó este miércoles que presentó su denuncia ante la justicia francesa (la sede de la FIA está en París) el pasado 4 de marzo "en relación con las declaraciones realizadas por la FIA el pasado diciembre".