Pérez salió en su RB19 con un neumático duro. Posó un neumático sobre la hierba antes de una curva rápida. Cometió un error innecesario. Afectó la suspensión delantera de su coche y dejó la rueda izquierda descolgada... Los primeros entrenamientos libres han sido una cadena de errores impropios para Red Bull, un equipo que se ha acostumbrado a ganar y que, en la actualidad, domina a placer la Fórmula 1 de la mano de una excelsa versión de Max Verstappen. 

El error de Pérez, por fortuna, abrió los ojos de los demás competidores. La lluvia merece respeto. Los tiempos libres, que suelen pasar por entrenamientos irrelevantes (en algunos casos), también. Carlos Sainz, por ejemplo, quizo probar con un trompo.

Su experimiento salió mal: dañó su alerón delantero. Marcó la segunda bandera roja de la jornada y generó aún más dudas en el resto de pilotos, quienes expectantes con el cambio de normas de neumáticos (Q1 con duros, Q2 con medios y Q3, con blandos) vieron como Russell, de Mercedes, lideró la clasificación. Alonso, que llegó con buenas sensaciones a Hungría, fue quinto; Sainz, tras su susto, fue 15º. Verstappen y Hamilton no completaron una vuelta por culpa de las condiciones metereológicas.