La tensión es un elemento que marca el curso de la Fórmula 1. En 2023, con Verstappen como dominador, el ambiente del Mundial podría decirse que fue tranquilo. En la actualidad, con los McLaren presionando y con Ferrari dando la pelea aumentan los decibelios en cada Gran Premio, más aún después de la accidentada salida que se vivió en Mónaco. 

De un lado, el Red Bull de Checo Pérez salió destruido. Del otro, los Alpine protagonizaron otro incómodo momento cuando se tocaron. El coche de Esteban Ocon se elevó unos metros y la acción caldeó los ánimos de la escudería francesa.  “Estoy contento y aliviado por todo el equipo, sabíamos que en Mónaco tendríamos la oportunidad aunque hayamos sufrido con el coche todo el año. Aseguramos la oportunidad con la Q3 y teníamos que capitalizarla. Desafortunadamente, no fue tan tranquilo como habíamos planeado, pero no quiero entrar en detalles. Estas cosas no deberían pasar, había instrucciones claras del equipo sobre lo que podíamos hacer y no se respetaron. Estoy contento de que pudiéramos librarnos con apenas daños en el alerón delantero que se pudieron reparar con la bandera roja”, dijo Gasly. 

Bruno Famin, jefe de Alpine, fue más directo en 'Canal Plus'.  “El movimiento de Esteban estuvo totalmente fuera de lugar en esas circunstancias, es justo lo que no queríamos ver y habrá consecuencias, hay que cortar por lo sano. En la primera vuelta, en Portier, no se puede lanzar ese ataque dejando sin espacio al compañero”, comentó.