Aviso para el Real Madrid, que pasa con apuros a semifinales de la Copa (84-79)
Gaby Deck tuvo el honor de estrenar el marcador en la Copa Málaga 2024 y comandar a los suyos en un primer cuarto en el que el UCAM Murcia dio muestras de la resistencia que iba a poner durante el duelo, gracias en parte a la buena labor de Todorovic sobre Tavares (13-13). Pero los errores en los lanzamientos, con un muy desafortunado Ennis, les hicieron perder comba con un Madrid que apretó los dientes bajo la dirección de Campazzo y con la fuerza bruta de Yabusele para marcharse 25-17 arriba tras un 12-4 en la recta final.
A falta de buenos porcentajes en el tiro, los de Sito Alonso, con la entrada de Rodion Kurucs, aumentaron su agresividad defensiva, mas solo les sirivió para ponerse a 5 (28-23). Con Sergio Rodríguez tomando el relevo como base y Hezonja viendo el aro más grande que la calle Larios, los blancos abrieron hueco (42-27, min. 18).
Sólo Todorovic, ahora sacando de la zona a Poirier y ejecutando desde el triple, mantuvo a los suyos aún con opciones para la segunda parte (44-34).
UCAM resiste
Pedía el entrenador pimentonero más proactividad en sus jugadores y defender, incluso con faltas, para cortar el ritmo al rival. Y aunque entró en bonus muy pronto, el plan sirvió para soñar con la remontada (56-53, min. 26) gracias a Sleva, a los triples de Caupain y a la pillería de Ennis. Los de Chus Mateo estaban desarbolados, pero tras el tiempo muerto del técnico, encontraron soluciones para llegar a los últimos 10 minutos con 63-56 en el electrónico.
La presión, sin embargo, estaba en contra del líder de la ACB. También el público, con siete de las ocho aficiones presentes en el Carpena, a favor del UCAM. Pero cuando peor pintaban las cosas, cuando quemaba la bola, ahí estaba Llull, el mejor triplista de la historia de la Copa, para acallar las dudas con dos de sus mandarinas.
¿Acabado? Ni mucho menos. Sant-Roos, a aro pasado; Radovic, de reverso; Diagné... 71-70, min. 36. Y así, con igualdad casi absoluta, se llegó al último minuto, donde Campazzo hizo sus diabluras habituales para conducir al Real Madrid hacia las semifinales gracias al 84-79 final.