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Ya tiene la Undécima: el Real Madrid, heroico campeón de la Euroliga (78-79)

César Suárez
Llull anotó la canasta ganadora ante Fall
Llull anotó la canasta ganadora ante Fall@RMbaloncesto
El Real Madrid ya tiene su undécima Copa de Europa. La de las remontadas históricas, la de la fe, la del renacer de la santísima trinidad del Chacho, de Lull y de Rudy, la de la creer hasta el final en lo imposible. Ante un equipazo como Olympiacos, con un Vezenkov sublime, los dioses del baloncesto se vistieron de blanco para darle la Euroliga a los de Chus Mateo.

Quedaban tres segundos cuando Sergio Llull se levantó a seis metros, con la mano de un gigante de 2,20 metros punteando su tiro, y lanzó una mandarina, la mandarina, la de producción propia, la del sabor a gloria. El balón hizo choff en la red y esa canasta hizo campeón al Real Madrid. Otra vez. La primera desde 2018, la primera de Chus Mateo, la undécima de la Casa Blanca. 

La gran fiesta del baloncesto europeo

Olympiacos y Real Madrid dieron el espectáculo que se esperaba de los dos mejores equipos del continente. Vezenkov, el MVP de la fase regular, el máximo anotador, demostró su enorme calidad. 29 puntos y 9 rebotes que, sin embargo, no fueron suficientes. Porque enfrente estaba Tavares, mejor defensor y MVP de la final con sus 13 puntos y 10 rebotes. Y el Chacho con sus 15 puntos, 9 asistencias y 4 rebotes. Y, por supuesto, Llull, con su último tiro. 

Nadie dijo que iba a ser fácil y el guion nos llevó a un desenlace de infarto. Todo comenzó con los griegos enchufando triples, con Canaan y Vezenkov ametrallando el aro. Los blancos lo basaban todo en Tavares y en buscar a Musa. Pero el bosnio no aparecía en ataque y Olympiacos gozó de la primera gran ventaja (19-10, min. 7). 

La solución de Mateo fue meter a Sergio Rodríguez, y aunque le costó detener la caída libre (24-12), se las arregló el Chacho para minimizar las pérdidas al final del primer cuarto (24-17). 

Sergio Rodríguez
Sergio Rodríguez@RMbaloncesto

Reacción blanca

Necesitaba algo más el Madrid si no quería vender barata la derrota. Y apareció Hezonja. Sin despeinarse, el croata, autor de 12 puntos en la primera mitad, se echó a los suyos a la espalda anotando, reboteando y defendiendo. Qué fundamentos los suyos.

Ya no entraban con tanta facilidad los tiros exteriores rivales y los blancos remontaron (29-31) e incluso, con Tavares descansando, se pusieron 40-45. Un par de malos ajustes atrás permitieron a McKissic igualar el choque a 45 al término del segundo cuarto. Había final. 

La historia se viste de blanco

La vuelta a la cancha pintó bien para el Madrid con un triple de Musa. Pero fue un espejismo porque Canaan se vistió de MVP y Vezenkov no se quitó ese mismo traje. Williams-Goss anotó cinco consecutivos para frenar la caída, pero no evitó que los del Pireo entrasen en el último cuarto por delante (63-59).

Vezenkov estaba empeñado en sellar la final y no dejó de hacer magia (74-67, min. 34). Pero los blancos siempre tienen una vida extra. Ayudó Caseur con sus triples, ayudó la defensa, ayudó un triple fallado por Sloukas que habría sentenciado el partido... y ayudó el mago que tiene el Madrid y que responde al nombre de Sergio Rodríguez.

El Chacho, con un triple, puso el 78-77. Falló Olympiacos el siguiente ataque y Llull hizo de increíble Hulk para meter su histórica mandarina a tres segundos y dar la undécima Copa de Europa al Real Madrid. 

 

Todas las estadísticas del Olympiacos-Real Madrid, en Flashscore.