Gilgeous-Alexander, el líder de una manada canadiense con hambre de oro
"Absolutamente. No quiero perder. 6-0", señaló el jugador tras ganar a España y cerrar la primera fase con tres victorias haciendo referencia al número de triunfos que necesitan para levantar el oro.
Vincent Collet, el seleccionador de un equipo francés decepcionante, deberá organizar un plan para limitar la influencia del jugador de Oklahoma City Thunder, candidato al último trofeo de mejor jugador de la NBA.
'SGA' se pasea por el torneo de París 2024 sin forzar la máquina, líder de un equipo canadiense que suma tres victorias con sólidas estadísticas: 19 puntos, 4 rebotes, 4 asistencias y 1,7 robos. Su porcentaje de tiro alcanza el 58,1%.
El jugador de 26 años y 1,98 metros da la impresión de poder subir su nivel de juego cuando lo circunstancias lo pidan.
En ataque su mejor escudero es RJ Barrett, 21 puntos por partido en los tres disputados en Lille, sede de la primera fase.
No sólo en ataque
Gilgeous-Alexander es también un defensa de primerísimo nivel, con una movilidad y potencia de piernas extraordinaria, en una línea exterior que ahoga a los rivales, junto a Barrett y Dillon Brooks, la tercera pata del entramado canadiense.
Su progresión ha sido constante desde su llegada a la NBA con Los Ángeles Clippers en 2018.
De jugador desconocido ha ido escalando hasta el estatus de superestrella que tiene actualmente. Una mezcla de talento trabajado que permite a Oklahoma codearse con las grandes franquicias de la Liga.
Adicto del baloncesto
"Shai es un adicto del baloncesto. Nos ha pasado de estar en el teléfono viendo un partido y hablar sobre lo que veíamos", señaló el veterano Chris Paul cuando fue su compañero en Oklahoma.
El base estadounidense y 'SGA' también fueron vistos siguiendo partidos de la G-League (la liga de desarrollo de la NBA) y son conocidas sus largas conversaciones sobre el juego.
Maestro del tiro de media distancia, el escolta canadiense tiene una jugada marca de la casa: Aceleración y potencia en la arrancada, parada en seco y tiro de dos puntos.
El único pero a su periplo en Francia, alguna situación en la que no se ha mostrado muy deportivo, como en el tercer partido de la fase de grupos, cuando eliminaron a España, sacando la lengua ante su banquillo antes de anotar.