La Familia femenina ya está en cuartos tras otro agónico triunfo ante Puerto Rico (62-63)
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Se ha acostumbrado La Familia a la épica y el suspense, con final feliz eso sí. Sucedió contra China y volvió a pasar contra Puerto Rico, a la que se ganó también por un solo punto. Y eso que nada hacía presagiar un desenlace así. Porque al rival se le hincó el diente desde el salto inicial con una gran intensidad defensiva y una fluidez en el ataque que, con Gustafson y Leonor Rodríguez -16 puntos entre ambas-, maniató a las caribeñas para acabar el primer cuarto doblándolas en el electrónico (9-18).
Fue en el segundo, una vez alcanzada la máxima renta (9-24, min 12) cuando las fuerzas comenzaron a equilibrarse con un par de 2+1 y cinco puntos consecutivos de Meléndez (23-30, min 16). Nada de qué preocuparse en ese instante, pues salió María Araújo desde el banquillo para anotar dos triples y apretar más en defensa para volver a relanzar a España y llegar al descanso con una cómoda renta de 25-38.
Bloqueo absoluto de La Familia
Las portorriqueñas, sin embargo, no son fáciles de ganar. No se rinden ni aunque vayan muy por debajo en el marcador. Ya lo demostraron ante Serbia y lo volvieron a hacer tras el regreso a la cancha. Guirantes fue clave firmando los primeros nueve puntos de las suyas para meterlas en el partido. Fueron los peores momentos de las de Miguel Méndez, que acumularon pérdidas y deplorables lanzamientos exteriores. Ni los tiempos muertos funcionaron y la dinámica fue tan negativa que se llegó al final del cuarto con un 9-0 de parcial para empatar a 44.
La mala racha la cortó, ya en el último acto, Maite Cazorla con valentía en penetración. Pero a Puerto Rico le entraba todo y respondió con un triple para ponerse por primera vez con ventaja. A las españolas no les salía nada, sufriendo un bloqueo mental que las dejó sin ideas, con las muñecas rígidas al tirar y con las americanas anotando incluso canastas inverosímiles (59-56, min 36).
No fue fácil volver a centrarse, pero el espíritu de superación y orgullo de las de Miguel Méndez les permitió hacerlo. Clave fue Mariona Ortiz para poner el 60-61 en el último minuto. Sin embargo, fallaron un ataque a 30 segundos que podría haber sentenciado el triunfo y vieron cómo Hollingshed anotó un reverso en la zona. Quedaban 9.9 segundos y después de fallar un tiro y capturar el rebote ofensivo, Laura Gil fue objeto de falta. Anotó los dos, 62-63, con 1.9 segundos por jugarse aún. Tocaba defender... y se defendió para volver a ganar un partido por un solo punto.