El Unicaja destroza al Granada (62-90) y el Manresa asalta al Bàsquet Girona (83-84)
Coviran Granada-Unicaja Málaga 62-90
Con la soga al cuello salió un Granada que quiso desatarse olvidándose de la clasificación -un triunfo por encima del descenso- y pensando sólo en el rival de enfrente, el vecino y complicado Unicaja. Le salió bien a los de Pin con un Lluis Costa entonado que condujo a un ilusionante 15-9. Pero con la entrada de Alberto Díaz, los malagueños apretaron en defensa y comenzaron a correr y a anotar desde el perímetro para endosar en seis minutos un 0-17 entre el final del primer cuarto y el inicio del segundo (15-26).
Los de Pablo Pin, muy enfadados con los árbitros, intentaron reaccionar, pero cada intento era respondido por los tiradores cajistas, que se fueron al descanso con la máxima renta del momento (28-39).
Una distancia que aumentó hasta los 14 (39-53, min. 25) gracias a la muñeca de Kalinoski y de Ejim. Rousselle y Barton tomaron la responsabilidad en los granadinos para bajar de la decena, pero un tiempo muerto de Ibon Navarro, y la inteligencia de Djedovic, volvió a abrir un hueco aún mayor para cerrar el tercer cuarto con un contundente 46-68.
El triunfo ya estaba más que sentenciado, especialmente viendo la frustración de los locales, que no hacían más que perder balones, superando la veintena. Al final, tras ir venciendo de 31, el triunfo en el derbi andaluz se fue a Málaga por un contundente 62-90.
Djedovic, con 15 puntos, fue el mejor anotador del Unicaja. Rousselle, con 13, en el Granada.
Centro de estadísticas del partido.
Bàsquet Girona-BAXI Manresa 83-84
Triunfo también visitante en el segundo derbi del fin de semana, que empezó a fraguarse en el primer cuarto con un 25-30. Los gerundenses no se vinieron abajo e incluso voltearon el marcador, pero un 0-11 de parcial, con un dominio insultante en el rebote ofensivo del rival, les demostró lo difícil que lo iban a tener. Con 46-52 se llegó al descanso.
Al menos, aún parecían en el partido. Nada más lejos de la realidad. Los del Bagés apretaron para dejarles anotar solo 12 puntos en ese tercer cuarto mientras ellos aumentaban su renta hasta una máxima de 14 (55-69) que se quedó en un 60-73 para encarar con aparente tranquilidad los diez últimos minutos.
Y más que pareció todo el pescado vendido cuando, a tres minutos del final, ganaban 69-82. Pero eso, en baloncesto, no lo puedes decir en voz alta. El Girona sumó un 14-0 que les puso por delante a 18 segundos. Fontajau vibraba, soñaba con la remontada... pero Badio, a dos segundos, puso fin a la sequía con un reverso que dio el triunfo al Manresa. Eso es nadar para morir en la orilla.