Comenzó el Barça muy fuerte en defensa, aislando a Musa y a Tavares, que cometió dos faltas muy pronto, y obligando al Madrid a posesiones muy largas, sin buena circulación, y provocándole pérdidas, hasta cuatro. En ataque, Laprovittola dirigía la orquesta y Vesely sacaba al caboverdiano de la pintura para castigarle a placer. Ofrecía mejores sensaciones el cuadro local, pero la entrada de Poirier y Sergio Rodríguez amainó el temporal para cerrar los primeros diez minutos con un ajustado 20-19.
Con el pívot francés y Hezonja on fire, los blancos dejaron sin anotar más de tres minutos a los de Jasikevicius y hasta abrieron un pequeño hueco (27-32, min. 15) con los 12 puntos del croata.
La entrada de Mirotic frenó en seco a Súper Mario, y su conexión con Vesely -entre ambos, 18 puntos en el cuarto-, devolvió a los culés el mando antes del paso por vestuarios (45-41).
El Madrid tenía un talón de Aquiles recurrente, 10 pérdidas contra 2. El Barça sólo lamentaba el 0 en rebotes ofensivos. Pero tenía a Vesely y a Mirotic enchufados incluso después del descanso. Con ellos al mando, 57-48 (min. 25). El descanso al hispanomontenegrino y la aparición, por fin, de Tavares, fueron un soplo de aire para los suyos que les permitió llegar con vida al último cuarto (68-65).
Y el nuevo renacer animó de tal modo a los de Chus Mateo que, más fuertes en defensa, voltearon el electrónico con dos triples seguidos de Llull (72-73, min. 35) e incluso le permitieron gozar después de un +6 (72-78, min. 37). A los últimos 30 segundos se llegó con 82-83 y tiros libres para Tavares. Erró los dos, no así Mirotic, que puso a los suyos por delante. Llull le replicó con otros dos libres y respondió Laprovittola con otros dos para defender con ventaja los últimos seis segundos de partido. Llull volvió a pedir el balón pero su mandarina esta vez salió pocha de sus manos y el Barça se quedó con la victoria, a solo una de proclamarse campeón de la ACB.
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