El triunfo de los Denver Nuggets es un homenaje a la inteligencia de toda una franquicia
No eran los favoritos de las casas de apuestas. No eran el equipo más llamativo. Ni el equipo con jugadores susceptibles de causar drama. No son necesariamente buenos clientes para los periodistas. Sin embargo, los Denver Nuggets son el mejor equipo de la NBA de 2022/2023.
Y eso es cualquier cosa menos una coincidencia. Por definición, los equipos de construcción lenta necesitan ir paso a paso antes de poder aplicarse. La franquicia ha ido recogiendo las piezas una a una antes de tener posibilidades reales de título. Y los dividendos son gloriosos.
Plantilla de calidad, elecciones lógicas
De hecho, es la segunda vez en tres años que un equipo construido según este modelo se proclama campeón. Los Bucks campeones de 2021 tienen mucho en común. Un jugador franquicia drafteado bajo (Giannis Antetokounmpo 15º, Nikola Jokic 41º), cuyo techo sería desconocido en su momento, y poco a poco, un ascenso al poder.
Hasta que el llamado jugador franquicia se convirtió en dos veces MVP, pero no logró entrar en playoffs. Por motivos distintos, claro, pero en este caso, la franquicia recupera piezas para completar útilmente la plantilla(Jrue Holiday y P.J Tucker a Milwaukee, Aaron Gordon y luego Kentavious Caldwell-Pope a Denver). Y una vez que el equipo está completo y equilibrado, es una auténtica maravilla.
El equilibrio del equipo era uno de los grandes puntos fuertes de los Nuggets. Sublimado por un pasador como Jokic, el quinteto titular formado por jugadores con capacidad para el triple y para variar su juego en función del rival tenía claramente mucho peso. Sobre el papel, el quinteto titular parecía estar entre los mejores de la NBA al comienzo de la temporada, pero según los observadores, eso no fue suficiente para ganar el título.
Porque un equipo también es un banquillo. En este sentido, el banquillo de los Nuggets no es sin duda el mejor de la NBA. Pero en las Finales, el dúo formado por Bruce Brown y Christian Braun jugó su mejor partido, apoyado en ocasiones por los siempre presentes Jeff Green, Ish Smith y DeAndre Jordan. Por no mencionar el hecho de que Thomas Bryant y Reggie Jackson no fueron utilizados. Está claro que, si lo sumamos todo, acabamos teniendo una buena segunda unidad.
Pero sobre todo, la franquicia ha actuado con inteligencia eliminando el factor humano, que a veces es necesario. Adiós Will Barton, que fue anunciado como el mejor amigo del Joker. Adiós a Bones Hyland, que era el favorito del público, como antes lo fueron Bol Bol o Facundo Campazzo. No hay tiempo para la autocomplacencia, Arturas Karnisovas ha sentado las bases, Calvin Booth ha rematado la faena limpiamente para ofrecer una posibilidad real de título.
Todo el mundo está ahí...
Pero, por supuesto, un título también depende de que los planetas se alineen. Lo que no ocurrió en las dos temporadas anteriores. Todo el mundo parece olvidarlo, pero Denver ya estuvo en la final de conferencia hace tres años, en la burbuja. Una carrera trepidante, pero que vio la explosión de Jamal Murray y la confirmación de que Michael Porter Jr era un gran talento. Excepto que...
Excepto que durante dos años, estos dos no pudieron desempeñar su papel de lugartenientes del Joker. 16 al menos sin jugar para'Bubble Jamal', mientras MPJ luchaba con problemas de espalda. Pero la franquicia le dio tiempo, en lugar de quemarlo todo. El propio Murray pensó que con su grave lesión y su gran contrato, la franquicia intentaría traspasarle.
La respuesta de Mike Malone, revelada en el Podcast Nuggets Ink, personifica la mentalidad de la franquicia.
"Jamal, vas a volver más fuerte y vamos a ayudarte a volver y a terminar lo que empezamos".
Desde la llegada del canadiense y la revelación del serbio, el dúo Jokic-Murray ha sido la piedra angular del proyecto de los Nuggets. Como decía antes, es necesario arreglar la plantilla a su alrededor tomando a veces decisiones poco cariñosas. Pero, ¿es necesario prescindir del eje fuerte? No. Y la elección de ayer es crucial para el éxito de hoy.
Todos mirando en la misma dirección
Nunca hubo bravatas. Nunca hubo nadie que hiciera declaraciones incongruentes como "el título dentro de tres años". Modestia, humildad y trabajo duro. Pero el estado de ánimo de una franquicia es también el de sus jugadores. El hecho de que a Nikola Jokic le importen un bledo los premios individuales -¿quién le oyó quejarse después de que Joel Embiid fuera galardonado con el MVP? - simboliza aquello por lo que todos trabajan. El título.
Aaron Gordon es prueba de ello. En Orlando quisieron hacer de él una primera opción ofensiva, pero lo único que se recuerda de su etapa en Florida es su famosa derrota en el Slam Dunk Contest de 2016 ante Zach LaVine. Mike Malone lo convirtió en el soldado defensivo definitivo, enfrentándose a Karl-Anthony Towns, Kevin Durant, LeBron James y Jimmy Butler durante los playoffs sin pestañear ni pedir nada.
Un equipo no son sólo estrellas, es un colectivo. A veces las estrellas ganan solas(LeBron + AD 2020), pero la mayoría de las veces ganan las franquicias de construcción lenta que toman decisiones sensatas. El triunfo de Denver no hace más que recordarlo, y aunque un jugador de los Nuggets nunca sea el que más camisetas venda o el más seguido en las redes sociales, puede sentirse orgulloso de haber pertenecido a eso que llamamos"un equipo". No es un juicio de valor, sólo una opinión.