Pese al batacazo en el Europeo, España tiene a tiro acudir a los Juegos Olímpicos
Se hace duro y extraño a la vez, también para el aficionado presenciar una Main Round de un gran campeonato de balonmano sin la presencia de España. La derrota frente a Croacia y el posterior empate ante Austria, han hecho inservible el triunfo frente a los rumanos.
La buena noticia es que la clasificación para París 2024 es asequible. El preolímpico se disputa en apenas dos meses, del 14 al 17 de marzo en sede aún por determinar. Podría tener lugar en España, aunque el hecho de que el femenino se dispute en Torrevieja del 11 al 14 de abril, podría dificultar este empeño.
Brasil, Baréin y ahora mismo Hungría
En el torneo participan cuatro selecciones y las dos mejores obtienen el billete para los Juegos. Dos rivales son fijos: Brasil y Baréin, dos selecciones en teoría inferiores a España. El tercer rival ahora mismo sería Hungría, octava clasificada en el Mundial.
Pero si cualquiera de las que quedaron entre el cuarto y el séptimo puesto (Suecia, Alemania, Noruega y Egipto) se clasifica a través del Europeo o en el caso de los egipcios, si ganan el campeonato de África para el que son favoritos, esas plazas correrían.
De este modo, el noveno clasificado en el Mundial fue Croacia, el décimo Eslovenia, el undécimo Serbia y el duodécimo Islandia. Por lo tanto, habrá un rival, presumiblemente europeo, Brasil que es de dificultad media y Baréin que es asequible. En condiciones normales, no debería haber problemas para acceder a París.
Odriozola y Sánchez-Migallón, bajas
No obstante, Jordi Ribera cuenta ya de antemano con dos bajas para ese preolímpico, debido a las lesiones que se han producido en el Europeo de Alemania. Kauldi Odriozola, que ha sido operado de una fractura en el quinto metacarpiano del pie izquierdo, estará de baja entre doce y catorce semanas, por lo que se pierde el Europeo.
Muy complicado lo tiene Miguel Sánchez-Migallón, que estará entre ocho y diez semanas en el dique seco, debido a la fractura del segundo metacarpiano de su mano izquierda. Por fortuna, parece que lo de Agustín Casado no reviste de mayor gravedad.