Tras 60 minutos de máxima tensión, en los que se contabilizaron 21 exclusiones de 2 minutos, una tarjeta roja y otra azul, se desató un desagradable altercado sobre la pista del Orlen Arena. Todo se inició con un triple mordisco de Jorge Maqueda, caliente por el resultado, a un rival y terminó con los entrenadores de ambos equipos insultándose y escupiéndose.
Resulta que los técnicos de ambas escuadras son españoles. Dirigiendo al Wisla Plock se encontraba Xavi Sabaté, mientras que en el banquillo del Kielce mandaba Talant Dujshebaev. El primero de ellos asegura que el segundo le escupió, pero la versión del hispano-kirguís es que respondió a una falta de respeto relacionada con sus raíces: "puto chino estúpido", le habría dicho el catalán.
"El racismo es inaceptable. Quiero luchar contra esto. A mis jugadores los amo como a mis hijos, no me importa su color de piel. Fue un ataque muy grave, contra nosotros, contra el club y el país", declaró Dujshebaev después del accidentado choque.
Según el diario francés L'Equipe, hubo cánticos racistas desde la grada hacia el jugador galo visitante Dylan Nahi: "Puto negro", decían. "En un momento dado tuve la sensación de que la gente hacía cánticos contra mí, pero no sabía lo que cantaban. Al final del partido, mis compañeros y mi entrenador me explicaron que eran 'insultos racistas'", explicó el internacional Bleu al mismo medio.
Presuntas amenazas de muerte
Los clubes no tardaron en dar sus versiones mediante diferentes comunicados. El Wisla señaló diractamente y con dureza al entrenador del Kielce: "Hoy, después de que nuestro equipo ganara su quinto partido consecutivo contra el Industria Kielce, Xavi Sabaté escuchó inesperadamente a Talant Dujshebaev, que inició una conversación con él en español, decir: '...Hijo de puta, te voy a matar...'", expresaron los locales en X.
"Luego, Talant Dujshebaev agarró a Xavi Sabate por el cuello y le escupió en la cara. Todo el incidente fue claramente visto en la retransmisión televisiva y presenciado por un testigo ocular", agrega el escrito, que descarga de responsabilidad a Sabaté.
El Kielce, por su parte, denunció el racismo vivido en Plock: "Este tipo de comportamiento y ataques racistas o étnicos son inaceptables en el deporte profesional al más alto nivel. El deporte debe unir, no amplificar las diferencias. Solicitaremos a las autoridades competentes de la liga una explicación detallada de la situación que nunca debería haber tenido lugar", indicaron en la misma red social.
En lo meramente deportivo, el Wisla se impuso con claridad a los líderes de la Superliga polaca gracias a un marcador de 29-25.