El líder del Tour de Francia, Vingegaard, aplaude el escepticismo sobre sus actuaciones
Vingegaard y el esloveno Pogacar han estado en su propio planeta, ganando las tres últimas ediciones del Tour y copando los dos primeros puestos en 2021 y 2022, y este año sus rivales se han quedado boquiabiertos.
"¿Cómo los veo? De lejos, en las subidas", asegura el francés Guillaume Martin (30 años), ganador de la clasificación de la montaña en la Vuelta 2020.
Mientras que Vingegaard sólo tiene una diferencia de 10 segundos sobre el esloveno Pogacar después de dos semanas de carrera, el danés aventaja al tercer clasificado, Carlos Rodríguez (22), en nada menos que cinco minutos y 21 segundos.
Desde las dos primeras etapas de montaña en los Pirineos, se hizo evidente que no tendrían rival para el título.
El domingo, Pogacar y Vingegaard marcaron 18:27 en la subida final, batiendo en 42 segundos el récord de Chris Froome, cuatro veces ganador del Tour.
El sábado fueron más rápidos que Marco Pantani, el campeón del Tour de 1998 cuya carrera se vio empañada por acusaciones de dopaje, en los primeros 10 km de la ascensión al Col de Joux Plane.
"Para ser sincero, entiendo perfectamente el escepticismo. Tenemos que ser escépticos con lo que ocurrió en el pasado, de lo contrario volvería a ocurrir", dijo Vingegaard en una rueda de prensa tras la 15ª etapa del domingo.
"Así que sí, entiendo perfectamente las preguntas que nos están haciendo al respecto (sobre nuestras actuaciones)", dijo. "Todo lo que puedo decir es que no estoy aceptando nada, pero sí, para ser sincero, hay escepticismo sobre que vayamos rápido y sí, creo que es algo bueno".
"Y también algo más, está la comida, el material, el entrenamiento (que han mejorado), pero de nuevo siempre es bueno ser escéptico o pensarlo al menos".
ESCÁNDALOS DE DOPAJE
El ciclismo ha tenido que hacer frente a varios escándalos de dopaje a gran escala, incluido el asunto Festina en 1998, cuando el equipo fue expulsado de la carrera después de que los funcionarios de aduanas se incautaran de sustancias prohibidas, incluido el fármaco para aumentar la sangre eritropoyetina (EPO) antes del comienzo de la carrera.
En uno de los mayores escándalos de dopaje del deporte mundial, el estadounidense Lance Armstrong fue despojado de sus siete títulos entre 1999 y 2005 y sancionado de por vida en 2012 por consumir drogas para mejorar el rendimiento, y al año siguiente, después de haberlo negado toda su vida, admitió haberse dopado.
El alemán Jan Ullrich, ganador del Tour en 1997, y el campeón del Giro de Italia, Ivan Basso, fueron algunos de los nueve competidores retirados en la víspera del prólogo de ese año tras verse implicados en una investigación española por dopaje, la Operación Puerto.
En 2006, Floyd Landis se convirtió en el primer ganador del Tour en fallar un control antidopaje durante la carrera tras dar positivo por testosterona. El estadounidense fue despojado del título y sancionado con dos años de suspensión.
En 2007, el favorito Alexandre Vinokourov dio positivo por dopaje sanguíneo tras ganar una contrarreloj.
El equipo Astana del kazajo abandonó el Tour y despidió a Vinokourov, que negó haber cometido ningún delito, y el líder del Tour, Michael Rasmussen, fue despedido por su equipo Rabobank durante la carrera por mentir sobre su paradero en los entrenamientos.