Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad

Dos exigentes etapas en los Pirineos que pueden decidir el Tour de Francia

AFP
Deportividad ante todo.
Deportividad ante todo.Profimedia
Tourmalet, Pla d'Adet, plateau de Beille: estos puertos míticos se presentan como gigantes altivos y primeros jueces de paz de la competición, con dos etapas susceptibles de causar estragos a lo largo del fin de semana.

Y eso que en esta 111ª edición de la ronda gala ya se han visto encarnizadas batallas por la general desde la salida de Italia. Hasta seis ataques claros del actual maillot amarillo, Tadej Pogacar, han puesto a prueba la resistencia de Remco Evenepoel (a 1:06), de Jonas Vingegaard (tercero a 1:14), y de un Primoz Roglic que no logra esquivar la mala suerte y que abandonó este viernes en Agen como consecuencia de una caída la víspera.

Pero la intensidad podría subir varias revoluciones el sábado y el domingo en las rampas de la cordillera que separa Francia de España, antes de una tercera semana en cuyo horizonte asoman ya enhiestos los Alpes.

¿Ha gastado Pogacar demasiadas fuerzas antes de tiempo? ¿Vingegaard mantendrá su progresión o terminará pagando su falta de preparación para este Tour? ¿Logrará Evenepoel resistir a dos etapas seguidas de alta montaña?

Algunas de esas preguntas encontrarán respuesta al término de las dos primeras llegadas en alto de esta edición.

El sábado, después de 70 kilómetros de ligera subida desde la salida en Pau, el pelotón encarará tres ascensiones consecutivas en los 80 kilómetros restantes; el venerable Tourmalet y sus interminables 19 kilómetros de subida al 7,3%, Hourquette d'Ancizan (8,2 kilómetros al 5,1% de desnivel medio) y el Pla d'Adet, 50 años después de la victoria de Raymond Poulidor, que cuenta con su estatua en la cima en Saint-Lary.

El final de etapa podría haber sido incluso más duro si, en lugar de girar a la izquierda a la salida de la localidad de Soulan, el pelotón tomase la derecha para subir al col du Portet, donde Pogacar guarda excelentes recuerdos después de haberse impuesto en 2021, año de su última victoria en el Tour.

Pero la subida, catalogada de categoría especial, hasta Pla d'Adet impone respeto (10,6 km al 7,9% de pendiente media).