Pogacar y Evenepoel, ante la duda de si atacar en la etapa 11 del Tour de Francia

Pogacar y Evenepoel, frente a frente.
Pogacar y Evenepoel, frente a frente.THOMAS SAMSON / AFP
El esloveno y el belga tienen nueva ocasión de poner en aprietos a Jonas Vingegaard este miércoles, cuando se encontrarán en los montes de Cantal.

Con sus 4.350 metros de desnivel positivo en 211 kilómetros, el exigente tramo supone un reto no menor para un pelotón que partirá de Evaux-les-Bains y concluirá su recorrido en la estación de esquí de Le Lioran (centro). Un auténtico test antes de los Pirineos y los Alpes.

"No es alta montaña, pero se puede disfrutar y atacar con puertos cortos pero empinados", como el Le Puy Mary, Perthus o Néronne, explica Thierry Gouvenou, el arquitecto del recorrido, que muestra su gusto por los "macizos intermedios"; macizo Central, Jura o los Vosgos.

En el centro-oeste del macizo central, el pelotón encadenará cuatro ascensiones catalogadas en los 50 últimos kilómetros, como el col de Néronne (3,8 km al 9,1%), paso de Peyrol (5,4 km al 8,1%), col de Perthus (4,4 km al 7,9%) y Font de Cère (3,3 km al 5,8%), todos ellos entre los 1.200 y 1.600 metros de altitud.

Una etapa enmarcada por magníficos paisajes, a menudo subalpinos, especialmente del Pas de Peyrol hacia Puy Mary, vestigio del mayor estratovolcán de Europa, donde el colombiano Daniel Martínez -ausente en la presente edición- se había impuesto allá por 2020 en plena pandemia.

Sobre el papel, la etapa abre oportunidades para Tadej Pogacar y Remco Evenepoel, el maillot amarillo y su inmediato perseguidor, a 33 segundos.

Los dos dinamitadores del pelotón, que adoran ese tipo de rampas explosivas no demasiado largas y a no demasiada altitud, podrían verse tentados de poner a prueba de nuevo la resistencia de Vingegaard (tercero a 1:15), al igual que el domingo en los caminos blancos de Troyes, sobre todo porque el danés se halla más cómodo en los puertos largos y en altura, que esperan en la segunda mitad del Tour.

"Es una etapa en la que puede haber pelea por la clasificación general", indica Evenepoel, que sueña con emular a su compatriota Van Avermaet, que se impuso en solitario allá por 2016, en Le Lioran, de cara a vestirse de amarillo.