Cort Nielsen hace historia en el Giro, Thomas estrena el rosa bajo la lluvia
Cort Nielsen, de 30 años y que ya tenía dos victorias parciales en el Tour de Francia y seis en la Vuelta a España, superó en la meta a sus dos compañeros de escapada, el canadiense Derek Gee (Israel) y el italiano Alessandro de Marchi (Jayco-AlUla).
El pelotón con los principales favoritos entró en la meta a 51 segundos del vencedor de etapa, liderado por el también danés Mads Pedersen, quien curiosamente el pasado jueves se había convertido en el último ciclista en tener triunfos parciales en las tres vueltas ciclistas de tres semanas.
Es la cuarta etapa (de diez disputadas) en la que una fuga de corredores llega a la meta, algo inusual en el ciclismo moderno, donde cada victoria cuesta un gran esfuerzo.
"Estoy increíblemente feliz. Hace ya varios años que pienso en ello (ganar etapas en las tres grandes). Es muy importante para mí. La jornada ha sido terrible, una de las más duras que jamás he vivido encima de una bicicleta", explicó el bigotudo Cort Nielsen.
Condiciones dantescas
La etapa se disputó en unas condiciones dantescas por la lluvia, que provocó también varias caídas y abandonos, entre ellos el del ruso Alexandr Vlasov (Bora), que era sexto en la general y uno de los ciclistas que podían pelear por el podio de Roma.
La de este martes fue la primera jornada sin Remco Evenepoel en la carrera, después de que el joven ciclista belga abandonase el pasado domingo tras resultar positivo al covid-19, horas después de imponerse en la contrarreloj y recuperar la 'maglia' rosa.
El galés Geraint Thomas (Ineos) estrenó por lo tanto la preciada camiseta, aunque no pudo lucirla como hubiese deseado por la lluvia y las duras condiciones de la carrera.
"Es una pena que no podamos verla hoy mucho" al ocultarla bajo el impermeable, tuiteó el veterano ciclista de 36 años (cumplirá 37 en diez días), ganador del Tour en 2018, acompañando el mensaje con una foto de la 'maglia' rosa y un emoticono de risa y un paraguas.
Antes de la salida en Scandiano, corredores y organizadores negociaron un recorte en la etapa, al día siguiente de la jornada de reposo, que pasaba por el Passo Delle Radici, cuya cima estaba a más de 1500 m de altura, y donde las condiciones eran durísimas: diluvio, ráfagas de viento de 80 km/h y temperatura de 3 grados. Pero los organizadores decidieron mantener el recorrido previsto.
Cambios en la etapa del viernes
Lo que sí se anunció ya fue que la etapa del viernes no pasará por el Grand-Saint-Bernard, el punto más alto de esta 106ª edición (2.469 m), debido a que hay excesiva nieve.
En lugar de superar esta cumbre, cerca de la frontera con Suiza, los corredores pasarán por el túnel situado 600 metros más abajo, en una 13ª etapa que finalizará en la estación de esquí de Crans-Montana, en territorio helvético.
La presente edición del Giro se está afrontando en su primera mitad a diversos problemas, como una climatología desfavorable, que ha motivado que muchos ciclistas enfermen y recorridos modificados por la nieve, así como el covid-19, que sigue provocando bajas.
Los abandonos, por caídas y por enfermedad, se multiplican y ya van una veintena. De ellos, nueve lo han hecho tras dar positivo al covid-19, los últimos, este martes, el italiano Domenico Pozzovivo y el noruego Sven Erik Bystrom.
Y el virus amenaza con seguir haciendo estragos en los próximos días.
El miércoles se disputará la 11ª etapa, de 219 km de recorrido entre Camaiore y Tortona, con un puerto de cuarta categoría, el Passo della Castagnola, cuya cima está a 43 km de la meta, por lo que no debería ser un obstáculo para que haya una llegada masiva, salvo que tenga éxito una fuga.