El centro penitenciario Brians 2, en la provincia de Barcelona, continuará manteniendo como preso preventivo a Dani Alves. El recurso de apelación contra el auto que lo mandó a prisión no ha surtido efecto y los magistrados de la sección tercera han decidido mantener la decisión de dejarlo encerrado y sin posibilidad de fianza.
Alves está acusado de haber violado a una mujer en una discoteca de la Ciudad Condal el pasado 30 de diciembre. Sus diferentes versiones, desde que no sabía quién era hasta que confirmó que había habido relaciones sexuales en un baño pero que estas fueron consentidas, no han hecho sino empeorar su situación.
La posibilidad de poder salir del país gracias a sus opciones económicas, a pesar de los intentos de su letrado para convencer a los jueces de que no habría huida por el fuerte arraigo que Alves tiene en Barcelona y en España, ha pesado en la decisión de dejarlo en prisión preventiva a la espera de juicio y sin posibilidad de obtener la libertad.
De estrella del fútbol a preso en dos meses
Hace poco más de dos meses, en diciembre, Daniel Alves se encontraba disfrutando del fútbol con su selección, Brasil, en el Mundial de Catar. Tras la eliminación de la canarinha, el lateral derecho volvió a Pumas, club de México que apostó por él. Pero un viaje a España para acudir al funeral de su suegro lo cambió todo. El día 30 de diciembre una mujer lo denunció por una supuesta violación.
Desde entonces, su vida ha dado un vuelco radical. Despedido por su club, que le ha pedido una indemnización de 5 millones de euros por incumplir algunas cláusulas cívicas de su contrato, su carrera deportiva -cumplirá 40 años en mayo- parece acabada. En lo personal, aún están por verse las consecuencias de este caso que aún debe ser juzgado.