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De la meritocracia a colista de Champions, la caída en picado del Atleti y sus razones

De la meritocracia a colista de Champions, la caída en picado del Atleti y sus razones
De la meritocracia a colista de Champions, la caída en picado del Atleti y sus razonesAFP
El Atlético de Madrid no encuentra la luz en la oscuridad. El proceso de Diego Simeone vive bajo amenaza. La afición pide a gritos un cambio de rumbo y considera al entrenador como uno de los responsables de la mala hora

Crónica de una muerte anunciada... ¿O no?. La semana negra del Atlético de Madrid no termina. Se extiende. El equipo, que le apuntaba a cerrar la tercera plaza de la Champions para clasificar a la Europa League, fue colista de su grupo. Un bombo que, con el respeto que merecen sus integrantes, no contaba con un equipo "top" del viejo continente.

El Atleti era el "top". El "grande". El llamado a quedarse con la primera plaza y cerrar su pase a octavos lo más pronto posible. La realidad, como suele ocurrir en el Metropolitano, fue otra. 

Ni Brujas, ni Oporto, ni Leverkusen. La fase de grupos de la Copa de Europa terminó por transformarse en un dolor de cabeza para los colchoneros. No era una muerte anunciada. El club, las directivas, el cuerpo técnico, los jugadores y la afición esperaban -o al menos creían- en un nuevo título de Europa League. 

La caída al fondo de la tabla de la Champions no era fácil de predecir. El declive. El desgaste. La ruptura entre el entrenador y sus dirigidos -en especial Joao Félix (22)- era una imagen palpable. 

Es noviembre y el Atlético de Madrid da por perdida la temporada. La no clasificación a la Europa League es un golpe más que confirma el estado de forma de la plantilla. El fin de semana, el club perdió contra el Cádiz en el Nuevo Mirandilla por 3-2. El martes, la escuadra se despidió de la Copa de Europa con un nuevo varapalo. 

Choques internos

El suplicio colchonero está integrado por varios factores. Los errores tácticos, las ausencias -algunas por lesión, otras por decisión de Simeone- y la fragmentación de la plantilla son, en sí, las razones que explican el oscuro trance.  

El fútbol ha sido cruel con Simeone en el último semestre. Gran parte de los cronistas deportivos liberaban al argentino de su responsabilidad. Por respeto. Por idolatría. Por los más de 10 títulos que consignó desde el Metropolitano. El entrenador es fundamental para el Atlético. Sin embargo, después de efectuar modificaciones extravagantes -como pasar de un 4-4-2 que estaba dando resultado a un 5-3-2 sin sentido-, la afición pide a gritos un cambio de rumbo. 

Toda crisis presenta más de un culpable. Simeone, como es claro, no es el único hombre detrás del rosario de problemas que vive el Atlético de Madrid. Sus pupilos tienen, en escencia, un alto grado de responsabilidad. 

Los fallos de definición, las malas acciones defensivas -como la tardía medida de Felipe en el primer gol del Real Madrid. Como el gol y la expulsión de Mario Hermoso ante el Oporto- son circunstancias que impulsan el leviatán de inconvenientes de los rojiblancos. 

Aunque la defensa es uno de los grandes puntos que llevó al equipo a su situación actual, la delantera es, sin lugar a dudas, el elemento más delicado de la estructura de Simeone. Joao Félix marcó sólo un gol en lo que va de la temporada. El luso, castigado por el entrenador, rechazó en verano una oferta de 100 millones del Bayern. Ahora, el Atleti, que vio en él liderazgo y calidad, estudia una posible venta. 

La realidad que refleja el Atlético sí es la crónica de una muerte anunciada. Se veía venir. Simeone, experto en exigir la meritocracia y la disciplina, incluyó en el once colchonero a jugadores que, lejos de un mérito -al menos en rendimiento-, se hicieron con una vacante del 11 inicial. 

De Paul, por ejemplo, le mintió al club. El argentino dijo que estaría cuidando a su padre enfermo unos días después de la fecha FIFA. Acto seguido, en lugar de mantenerse en casa, decidió viajar a Los Ángeles para asistir a un evento musical. En otras épocas, SImeone hubiera despedido al centrocampista. En la actualidad, cuenta con el jugador. 

La meritocracia no ha sido la gota que rebazó la cosa. La incoherencia. La excusa. La falta de visibilidad sí son factores que contribuyen a una nueva crisis colchonera. Una crisis otoñal, en vísperas del parón de invierno. Una problemática que, por suerte, tiene un mes de pausa. Un mes de oro que entrega tiempo. 

No existen prisas en el Atlético. La caída en Europa es un golpe moral elevado. Pero, ante todo, Simeone seguriá con la última palabra en sus manos. Se ha ganado el derecho.