Se le ve feliz, relajado cuando puede, bromista incluso. Y cuando llega el momento de subirse al coche, se transforma para dar su mejor versión, la de un bicampeón del mundo que quiere volver a luchar por victorias, que sueña no sólo con la 33 sino con el tercer Mundial de Fórmula 1. 

Palabras mayores, sí, pero Fernando Alonso se ve capaz por sus habilidades como piloto y por el trabajo que está haciendo Aston Martin para darle un monoplaza ganador. Ahí radica el quid de la cuestión, el de su metamorfosis. Y el de un nuevo palo a Alpine. 

"Siempre he estado motivado, trabajando duro y, probablemente, el equipo que tenía detrás no creía en mi rendimiento o habilidad de configurar el coche y seguir adelante. Nunca tuve un coche tan rápido como ahora. Yo no he cambiado, Aston Martin me ha cambiado por completo", reconoció al término de la clasificación en Miami. 

Aun así, sigue el ovetense con los pies en el suelo a pesar de salir en la segunda posición en la carrera. "No creo que debamos ir aún a por la victoria, salir en este sitio ya es un regalo. Intentaremos liderar alguna vuelta, a ver si Checo sale igual de cauto que suele hacer, pero será una carrera dura y aplaudiremos si somos quintos". 

La carrera

Sus argumentos los tiene claros después de un fin de semana complicado a nivel de reglajes. "El equilibrio que tenemos ahora en el coche es bueno y he disfrutado de cada vuelta, sobre todo en las de baja velocidad, que son muy complicadas aquí con zonas muy cerca de los muros al final y hay que tener confianza para atacarlos. Y lo hice, estoy contento".

Pero sabe que en carrera será otra historia. "Tenemos mucha confianza de cara a la carrera, es nuestro día porque cuidamos bien las gomas y buen ritmo de carrera. Empezar arriba nos facilita las cosas aunque Ferrari está cada vez mejor y Max llegará en algún momento de la carrera".