Como en el cuadro femenino, se trataba de una final inédita. Martín Di Nenno-Franco Stupaczuk y Alejandro Galán-Jon Sanz, las únicas dos parejas que han logrado ganar a los Uno (Arturo Coello y Agustín Tapia) este año, se veían las caras en un partido que prometía. Sin embargo, se resolvió en dos sets (doble 3-6) y en poco más de una hora, por lo que ni mucho menos fue el encuentro más igualado. Sin duda, sufrieron mucho más en las semifinales frente a los citados Coello y Tapia (6-3, 6-7 y 4-6).

Los Superpibes tuvieron hasta cuatro bolas de break en el segundo juego, aunque no aprovecharon ninguna de ellas tras un buen inicio. La igualdad se rompió más adelante, especialmente en el octavo, cuando abrieron una importante brecha en el marcador justo antes de adjudicarse el primer punto. El guion de la siguiente y definitiva manga se desarrolló de forma muy diferente, ya que empezaron a dominar con una mayor premura y precocidad.

"Nuestras ganas, nuestra lucha e intentar pasar una bola más... esa es nuestra carta de presentación (...) Cuando quebramos en el segundo set, tuve tres o cuatro juegos en los que estuve todo cagado y muy nervioso. Quiero darle las gracias a Franco porque hizo una final impresionante y se bancó el partido solo", explicó Di Nenno tras el encuentro, momento en el cual resaltó también "el cariño" del público.

"Da mucho placer y muchas ganas cuando el estadio está así de lleno y cuando la gente anima un montón. Yo sé que querían un tercero, pero nosotros queríamos cerrarlo. Tuvimos dos puntos de oro que Martín jugó de forma espectacular. Tenemos nuestra fortaleza  en la cabeza (...) Lo que estamos haciendo tiene un gran mérito porque estamos al menos en semifinales casi siempre. Hay que seguir por este camino y con hambre. Esto sigue", apuntó su compañero de equipo.