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El Barça homenajea a Piqué con el liderato y un gran fútbol ante el Almería (2-0)

César Suárez
Los jugadores del Barça celebran con Piqué uno de los goles ante el Almería
Los jugadores del Barça celebran con Piqué uno de los goles ante el AlmeríaAFP
No era un partido homenaje, tampoco el Joan Gamper. Era un encuentro oficial y el Barcelona, más allá del cariño profesado a Gerard Piqué (35), titular en su despedida del Camp Nou y ovacionado en su adiós, se tomó el choque ante el Almería como tal. Podía dormir líder si ganaba y ganó 2-0. Pudo ser una goleada histórica, pero lo evitó un estelar Fernando, la estrella del encuentro con permiso, por supuesto, del 3 del Barça.

Salvo los aplausos a Piqué cada vez que tocaba el balón, no había pasado nada en el partido hasta que un cabezazo de Ferran tocó en el brazo de Kaiky, que estaba saltando y de espaldas. Con el criterio del VAR, que es como no tener criterio, fue considerado penalti. Lo mismo algún día sabremos cómo funciona. O no, que las decisiones arbitrales son más secretas que la fórmula de la Coca-Cola. Justo o no justo, lo tiró Lewandowski, porque Piqué no quiso, al palo. Salvado el Almería... de momento.

Pero fue sólo la primera de las grandes ocasiones para marcar que disfrutaron los azulgrana en la primera mitad. Un acoso sin derribo en toda regla. En gran parte porque enfrente estaba Fernando, que no es internacional pero lo parecía. Su primera intervención, un rechace poco ortodoxo a disparo lejano de Jordi Alba. Estaba bien colocado y eso es lo que cuenta. 

El Barça apretaba los dientes y los de Rubi sufrían con gusto. Parapetados atrás con su línea de cinco defensas y cuatro mediocampistas muy juntitos, apenas se permitieron un par de excursiones a la meta de Ter Stegen. Una de ellas fue tan clara que Ramazani aún andará lamentándose. Su disparo, malo, fue un regalo para el portero alemán. 

A partir de ahí, otra vez fueron los de Xavi a la carga. Abriendo el campo con Balde, zurdo en el lateral diestro colocando grandes centros, y con Jordi Alba, incisivo como en sus mejores tiempos, buscaban la asociación con los interiores y con Lewandowski. 

Dembélé, lo peor y lo mejor

Pedri no entraba demasiado en acción, pero sí el polaco, que se las ingenió para mandar un balón al espacio cuando los rojiblancos se atrevieron a adelantar líneas. Error. Ferran enganchó el balón y se marchó directo hacia la portería. Cuando estaba frente a ella, le quiso regalar el gol a Dembélé, pero el centro a media altura lo remató con la testa el francés a las manos de Fernando. Otra vez Fernando, si bien es verdad que el fallo de Dembélé era y es imperdonable. Luego lo arreglaría. 

Fue, junto al penalti fallado, la mejor oportunidad, pero no la última. La recta final del primer tiempo se desarrolló toda en el área andaluza. Lewandowski, colgándose del cielo de la Ciudad Condal, cabeceó fuera un centro de Balde. Ferran se plantó solo ante Fernando casi sin ángulo, pero el portero cubrió ese poco espacio para evitar el tanto. De Jong también se topó con el meta del Almería en otro disparo desde el interior del área. Como Pedri, que firmó un testarazo flojito, como el que entrega un paquete en tu casa, y que también encontró el mismo destinatario, don Fernando Martínez.

Parecía un milagro que uno mirase el marcador y viera un 0-0. A veces el fútbol tiene estas cosas. Te pasas 45 minutos disparando sin parar y el balón no quiere entrar. Y en otras, en el primer tiro a puerta, la metes hasta sin querer. Y eso fue lo que ocurrió nada más comenzar la segunda parte. Dimitieron los defensas cuando vieron venir a Dembélé. El ‘mosquito’ picó a Babic, que lo siguió con la mirada esperando que algún compañero le cerrase el hueco, pero todos pensaron lo mismo y el francés, tras varios amagos, encontró el hueco para, ahora sí, batir a Fernando. Menuda traición de sus defensas. 

No le quedaba otra al Almería que cambiar al plan B con el riesgo que ello suponía. Como dejar a Dembélé de nuevo plantarse ante Fernando. Pero el francés, a puerta vacía, se negó a marcar. Ni tiró ni regaló el gol a Lewandowski. Demasiado fácil, pensó. Así que se puso a regatear a su sombra para perderle. Desesperante, capaz de lo mejor y de lo peor en cinco minutos. 

No como De Jong, un gran llegador. El neerlandés aprovechó un paradón de Fernando a remate de primeras de Ansu Fati para marcar el segundo. Ni se lo pensó cuando cazó el balón. 

Luego tendría un par de oportunidades más Fati, pero en todas ellas le negó el cancerbero el gol. Aumento de sueldo ya para el porterazo del Almería.

El adiós emocionado de Gerard Piqué

Lo que pasó después ya poco importó. En el minuto 83 llegó el momento que el Camp Nou esperaba, el del adiós a un ídolo, a una leyenda, a un escudo del Barça. Su salida por Christensen duró dos minutos. Se despidieron de Piqué hasta el árbitro y los rivales. Y, por supuesto, sus compañeros. Llorando, abrazado a todos, ovacionado por el Camp Nou, Gerard abandonó por última vez como futbolista el terreno de juego del estadio azulgrana. 

 

Jugador Flashscore del partido: Fernando.

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