Javier Aguirre había dejado una de las reflexiones más interesantes de la jornada en la previa de un partido fundamental en las aspiraciones del Cádiz por abandonar los puestos de descenso y no menos importante, aunque por supuesto con menos graduación de drama, para el Mallorca porque lo afrontaba como una fantástica oportunidad, frente a un rival directo, para alejarse de la zona roja y terminar la primera vuelta con una suma de 28 puntos, sin duda alguna un porcentaje elevado en el camino hacia la permanencia.
Por la necesidad, por el empuje de una afición entregada o por lo que fuese, los amarillos salieron mucho mejor y rozaron el gol al cuarto minuto de juego después de que Pacha Espino centrara con la pierna derecha -es zurdo- y encontrase en el área a Álvaro Negredo, cuyo remate de cabeza lo rechazó Predrag Rajkovic. El guardameta ha puesto fin a la inestabilidad en la portería tras una temporada en la que cuatro futbolistas diferentes estuvieron bajo palos (Manolo Reina, Dominik Greif, Leo Román y Sergio Rico).
Poco o nada pudo hacer el serbio para evitar el gol de Théo Bongonda, que se benefició de un balón sorteado por José Manuel Arias 'Copete' y una fantástica combinación entre Brian Ocampo y el ya citado Negredo, muy activo en el cuarto de hora inicial. Justo antes de esa acción, Momo Mbaye, actor secundario en el 1-0 por recuperar la posesión en campo rival, coqueteó con la tarjeta roja por una dura entrada sobre Clément Grenier, aunque el árbitro De Burgos Bengoetxea no tuvo a bien mostrarle ni la amarilla.
El reclamado VAR, protagonista
El equipo insular, poco acostumbrado a estar por debajo, se mostró más nervioso de lo normal. Como ejemplo más claro, la acción entre Copete y Rajkovic, una falta de entendimiento que casi se convierte en el 2-0 y en el doblete de Bongonda, poco certero en su remate. Apenas había transcurrido la primera media hora y los locales eran los claros dueños, si bien Pablo Maffeo intentó derramar el oro líquido que, a modo de puntos, había dentro de la Tacita de Plata. Jeremías Ledesma tuvo que intervenir hasta en dos ocasiones.
Justo en el 34', la brecha se hizo más grande en el marcador, pese a esos intentos por la banda derecha, cuando el colegiado se llevó la mano al oído por una infracción de Martin Valjent, al cual le dio el balón en el brazo. Varios minutos después, cuando el Nuevo Mirandilla aprovechaba la espera para presionar por el insólito gol que le concedieron al Elche días atrás pese al evidente fuera de juego por el cual hasta pidió perdón Iglesias Villanueva, Álex Fernández colocó el balón en el punto de penalti y engañó al arquero.
Agitación sin consecuencias
El 2-0 demandaba cambios en los visitantes y Aguirre decidió sacar del campo al defensa sevillano con pasado en la Ponferradina, el único amonestado, y le dio la oportunidad a Tino Kadewere (el más activo de la segunda parte) en una clara declaración de intenciones. Rompió la línea de tres centrales y apostó por otro delantero para acompañar al desaparecido Vedat Muriqi, nada que ver con la idea de Sergio González, quien sacó al ofensivo Choco Lozano e hizo debutar al centrocampista Gonzalo Escalante.
La versión mejorada del Mallorca por el carrusel de cambios (también entraron Amath Ndiaye, Gio González, Ángel Rodríguez y Antonio Sánchez) no se tradujo, pese a las múltiples llegadas, en ese gol que pudiera alimentar esperanzas. Entretanto, el autor del primer tanto seguía amenazando para sellar los tres puntos de forma definitiva, una tercer diana que nunca llegó y que tampoco iba a ser necesaria para provocar un sinfín de sonrisas entre los aficionados, todos ellos testigos de otro estreno, el de Roger Martí como cadista.
Jugador Flashscore del partido: Bongonda.