El oasis de Rabat le viene bien al Madrid, que ya está en la final del Mundial de Clubes (4-1)
2023 no podía haber comenzado peor para el Real Madrid, que en cuestión de un mes había visto cómo había perdido la Supercopa de España y se le había puesto prácticamente imposible LaLiga.
Es por eso que un torneo de dos partidos contra equipos, a priori, de un segundo escalafón como es el Mundial de Clubes se antojaba como el bálsamo ideal para, al menos durante una semana, olvidar las penas y, de paso, ampliar el palmarés internacional, que nunca viene mal. El sábado, los merengues optarán a ganar su octavo trofeo intercontinental contra el Al-Hilal.
Dominio madridista sin peligro al inicio
Como no podía ser de otra manera teniendo en cuenta el nivel de uno y otro conjunto, fueron los blancos los que comenzaron el partido dominando y jugando en campo contrario.
Pero la gran cantidad de bajas, especialmente la de Karim Benzema, volvió a hacer patente en un primer momento la falta de pólvora que tiene el Madrid cuando no está el francés, no en vano el primer disparo llegó pasado el cuarto de hora a través de un saque de esquina por el que Rüdiger cabeceó mansamente a las manos de El-Shenawy.
De hecho, y viendo que los españoles no tenían demasiada profundidad, el Al-Ahly dejó su prudencia casi reverencial a un lado y decidió buscar la portería de Lunin, titular ante la ausencia de Courtois. Y fruto de esta valentía llegaron sus dos ocasiones, de Sherif y de Abdelmonen.
Los egipcios, campeones de su país y mejor club de la historia de África con 10 Champions de dicho continente, demostraron en esos minutos por qué llevaban 23 partidos sin perder, en los que solo habían encajado siete goles por el camino, aunque quizás cayeron en la trampa madridista.
Vinícius y Rodrygo, un quebradero de cabeza para los egipcios
Porque la sociedad brasileña Vinícius-Rodrygo comenzó a carburar y ambos pudieron abrir el marcador al quedarse solos delante del portero rival, pero el primero no encontró puerta y el segundo, tras una bonita acción individual, disparó al palo tras su intento de vaselina.
Aunque antes El Shahat estuvo cerca de sorprender a Lunin con un disparo desde el lateral del área que estuvo a punto de envenenarse en dirección a la red de la portería, se le debió de quedar en la retina el intento anterior de Rodrygo a Vinícius, que poco antes del descanso impuso la lógica mostrando su clase.
Metwaly, que había estado muy bien en defensa junto con el resto de sus compañeros, perdió un balón de manera inocente y el ex del Flamengo se quedó solo ante El-Shenawy. Lejos de ponerse nervioso, definió picando el balón para poner el 1-0 en el que fue su gol número 50 con los merengues con el que se llegó al descanso.
Tras la reanudación y por primera vez en mucho tiempo, fueron los pupilos de Carlo Ancelotti los que salieron más entonados de inicio. Modric, que tenía las piernas frescas al haber comenzado desde el banquillo el partido en Mallorca del domingo, encontró entre líneas a Rodrygo, que no pudo definir dentro del área y su tiro fue blocado por El-Shenawy, pero el rechace le cayó a Fede Valverde, que tuvo la sangre fría para recortar dejando en el suelo al portero y marcar el segundo.
El VAR entró en escena
Cuando mejor estaba el Madrid, un Vinícius imparable y, sobre todo, liberado lejos del acoso y el juego sucio de los defensores con los que se suele encontrar semana tras semana en LaLiga, ganó la línea de fondo tras irse de Mahmoud, que acabó derribándole en el área en lo que parecía un penalti claro que ni el árbitro Andrés Matías Matonte Cabrera ni el VAR señalaron.
Cinco minutos más tarde, en el 65, un Camavinga que de nuevo fue lateral izquierdo, pecó de su habitual ímpetu y derribó de una manera igual de clara que la anterior a El Shahat en el área contraria. El colegiado uruguayo no dudó esta vez, y tampoco Maaloul desde los 11 metros, lo que hizo que un equipo africano que parecía muerto reviviera de repente con la inyección de optimismo que les dio el 2-1.
Por lo que el partido cambió por completo y el Al-Ahly creció exponencialmente en esta fase del partido. Afsha, que venía de anotar el gol de la victoria ante los Seattle Sounders el sábado, pudo empatar, así como Taher a la salida de un córner.
Al irse arriba el combinado egipcio, lógicamente dejó huecos atrás, lo que dio vía libre a Vinícius, que de nuevo fue derribado dentro del área. En esta ocasión, Matonte Cabrera sí fue a ver la acción a la pantalla y decretó penalti (comunicándoselo al público del Moulay Abdallah de Rabat al estilo NFL), aunque Modric no lo tiró bien y erró en su lanzamiento.
Arribas llegó y besó el santo
El fallo del croata podría haber espoleado al Al-Ahly, pero nada más lejos de la realidad. En los minutos finales, los blancos se hicieron con el dominio de la escena y no se dejaron sorprender por sus contrincantes. Además, el final del partido hizo que varios jugadores se reivindicaran ante Ancelotti.
El Madrid dejó la jugada más bonita para el final. Ya en el tiempo añadido, Ceballos, que había entrado en la segunda mitad sustituyendo a Kroos, se inventó una asistencia de tacón para que Rodrygo, de nuevo picándole el balón al meta egipcio, marcara su gol. Ya con dos tantos de renta, Ancelotti dio entrada a los poco (o nada) habituales como Odriozola, Mariano y Sergio Arribas. Fue precisamente el canterano, en el primer balón que tocó, quien puso el 4-1 final con un buen disparo raso y cruzado que cerró un encuentro en el que el club de Chamartín tuvo algún momento de sufrimiento, pero que acabó solventando para estar a 90 minutos de otro título más.
Jugador Flashscore del partido: Vinícius.
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