Getafe y Valladolid se enfrentaban este sábado en un duelo de equipos que, previsiblemente, compartirán el objetivo de luchar por mantenerse en LaLiga Santander. Esto suele ser sinónimo de partidos feos, trabados y poco atractivos para el espectador, pero nada más lejos de la realidad porque el 2-3, con total seguridad, va a terminar la séptima jornada liguera como uno de los más divertidos del fin de semana.
La dinámica de ambos conjuntos era radicalmente opuesta. Mientras que el Getafe había ganado dos partidos consecutivos contra rivales de mérito (en casa contra la Real Sociedad y a domicilio ante Osasuna), el Valladolid llevaba el mismo número de encuentros perdidos, con el agravante de que había sido ante equipos de "su liga" (Girona y Cádiz).
Con estos datos sobre la mesa echó el balón a rodar en el Coliseum Alfonso Pérez y, como sucede en ocasiones, el presente nada tuvo que ver con el pasado.
Los de Pacheta (54) se adelantaron con un gol de penalti de Sergio León (33) en el minuto 20 de la primera parte, pero les duró poco la alegría porque los jugadores entrenados por Quique Sánchez Flores no tardaron en darle la vuelta al electrónico, con tantos de Borja Mayoral, que aprovechó en el área pequeña un gran pase de Domingos Duarte, y Damián Suárez, que se vistió de superclase para recibir un balón largo, controlarlo con el pecho para orientarse en el área y definir de vaselina ante la salida de Jordi Masip (33) para anotar el 2-1.
Como el partido estaba loco en su primera mitad, Kike Pérez se inventó un pase al hueco fantástico para que el bigoleador León empatara el choque antes del descanso.
En partidos así es habitual que los entrenadores, en los 15 minutos que tienen para darles instrucciones a los suyos antes del segundo tiempo, les pidan una mayor pausa y no jugar como a los espectadores les gusta. Pero no fue así, porque la segunda mitad comenzó de una manera similar a como se desarrolló la primera, y fruto de ello se produjo el que a la postre fue el gol de la victoria, un zurdazo seco desde fuera del área con el que Óscar Plano marcó el 2-3.
Después de esto, el Getafe quiso poner las cosas en su sitio y comenzó a sitiar el área vallisoletana, pero no contaban con el que sería el héroe visitante. Masip fue un muro y desesperó a los madrileños, que incluso tuvieron un penalti para conseguir el empate y otras ocasiones claras, pero el resultado ya no se volvió a mover.
El Valladolid, con esta victoria, se coloca con siete puntos en la tabla, los mismos que el Getafe, y coge aire en su vuelta a LaLiga Santander de cara al complicado encuentro de la próxima semana contra el Betis en casa. Por parte de los madrileños, los 15 goles encajados en siete partidos son demasiados y tendrán que mejorar en defensa si no quieren tener problemas, aunque su siguiente partido no es el más indicado para revertir la situación porque será el derbi contra el Real Madrid en el Coliseum.