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La pegada del Sevilla da vida a los andaluces y castiga a un buen Copenhague (3-0)

Denis García
El Sevilla
El Sevilla AFP
El Sevilla se asegura, al menos, la tercera plaza de su grupo de Champions gracias a una engañosa victoria por 3-0 ante el Copenhague, que mereció un resultado mucho mejor. Los daneses tuvieron dos tiros al palo, pero el gol de En-Nesyri, que luego se lesionó, junto con los anotados por Isco y Montiel en los últimos minutos, dejan a los de Sampaoli con esperanzas de un posible milagro.

El club de Nervión trataba de conseguir el milagro de aspirar a clasificarse a la siguiente fase de la Champions como segundo de grupo o, al menos, afianzar la tercera plaza que da acceso a su competición fetiche, la Europa League.

Para ello, Sampaoli hizo cuatro cambios respecto al partido de LaLiga que perdió en el Bernabéu ante el Real Madrid el pasado domingo: Bono por Dmitrovic, Suso por Navas, Papu por Óliver y Dolberg por Lamela.

El Copenhague llegaba con el dudoso honor de ser el único equipo de esta edición de la Champions que todavía no había conseguido marcar ni un solo gol en los cuatro partidos disputados hasta la fecha, aunque dos empates a cero en su estado habían permitido que consiguieran los dos puntos con los que empataban a los andaluces en la tabla.

El caso es que era una final, pero los hispalenses no parecieron tomárselo como tal en la primera mitad. Un ritmo cansino, con pocos desmarques o ninguno y poca claridad de ideas en ataque hizo que los daneses estuvieran mucho más cómodos de lo que seguramente esperaban. 

Tan cómodos estaban, que les dio por atacar. Y a punto estuvieron de lograr su primer gol del torneo con un gran disparo con rosca de Halarlsson que obligó a Dmitrovic a estirarse. El Sevilla quedó noqueado y poco después, Daramy arrancó con potencia por la banda izquierda y dejó el balón en el área pequeña peligrosamente, pero Telles despejó y el público empezó a hartarse con leves pitos hacia los suyos.

La única ocasión digna de mención de los andaluces la tuvo Suso en su pie izquierdo con un tiro dentro del área que un enmascarado Grabara logró detener. No hubo tiempo para más en unos 45 primeros minutos muy pobres de los de Sampaoli.

Una segunda parte engañosa

Si la primera mitad fue mala, el inicio de la segunda no pudo ser peor. El Copenhague las tuvo de todos los colores durante los primeros 15 minutos, incluido un tiro al palo de Clem tras una mala salida de Dmitrovic o un mano a mano que le detuvo el serbio a Haraldsson.

Pero como suele pasar en estos casos, el que menos lo estaba mereciendo fue el que golpeó primero. Un buen centro al corazón del área del Papu Gómez encontró la cabeza de En-Nesyri (25), que había sustituido al descanso a Dolberg. El delantero la peinó sutilmente, pero fue suficiente para batir a Grabara.

La aparición del marroquí fue fugaz, porque por desgracia se lesionó pocos minutos después aunque el trabajo de abrir la lata ya estaba hecho.

Si alguien creía que el Copenhague iba a bajar los brazos, estaba muy equivocado. Como el Sevilla no lograba matar el partido ni siquiera dormirlo, estuvo a punto de lamentarlo. Kevin Diks acababa de entrar al campo por parte del conjunto visitante cuando tuvo el empate en su cabeza, pero de nuevo la suerte estuvo en contra de los daneses y el larguero impidió el 1-1 en el 82.

El castigo posterior al conjunto entrenado por Jacob Neestrup ya fue demasiado. En los últimos minutos, un Isco (30) que había estado gris durante todo el partido anotó un golazo desde el pico del área con su característico tiro con el interior de su pie derecho, y poco después Montiel (25) se sumó a la fiesta para poner el 3-0 final, que se vio deslucido por la roja directa a Khocholava por un feo pisotón en el gemelo del propio Isco.

 

Jugador Flashscore del partido: En-Nesyri.

 

Puedes consultar aquí todas las estadísticas del Sevilla-Copenhague.