La experiencia de Álvaro Bautista ha sido puesta a prueba. El español ha concretado una una Carrera 2 en Mandalika que le ha exigido al máximo. El segundo puesto es más que suficiente. El talaverano no necesita más. Es campeón del mundo. Cumplió un sueño. Concretó un nuevo logro para el deporte nacional.
Bautista se transforma, de esa manera, en el segundo español que obtiene una medalla de oro en la categoría de reina de las motos derivadas en serie. Carlos Checa, en el 2011, había alcanzado el máximo reconocimiento de la competición.
El triunfo del español supone una nueva victoria para Ducati. La escudería italiana festejó en el transcurso de octubre la consagración de Pecco Bagnaia en el Moto GP. En el Motobike la franquicia cierra un año de ensueño. Dos oros en dos categorías importantes del deporte.
La carrera, como era de esperarse, no ha sido sencilla para Bautista. El corredor fue superado en el amanecer de la prueba por Locatelli. Rea y Razgatlioglu intentaban conseguir ventaja en la pista libre. En la Superpole Race, los cuatro piltos se dieron a la fuga. Dejaron un espacio de 1,1 cuando restaban 19 giros del cierre de la competición.
Por fortuna para el español, la situación dio un giro de 180 grados. Toprak volvió a buscar la fuga. Bautista le negó la posibilidad. El corredor ibérico aguantó de una manera inteligente y estratégica. El talaverano se instaló detrás de la estrella de Yamaha y dejó en su camino a Rea.
Bautista fue paciente. Esa virtud le llevó a consagrarse en las pistas de Tailandia. Una carrera que es conformada por 21 vueltas es una tarea de nunca acabar. La tensión y la ansiedad están a la orden del día. Para Bautista el miedo es un trabajo menor. La estrategia, la tranquilidad y el manejo de las adversidades hacen del español un hueso duro de roer. Hacen de él un campeón del mundo.