Eden Hazard, el genio que brilló en Lille y se apagó en Madrid

"Llevo tres años aquí y el próximo año voy a darlo todo para vosotros", aseguraba Hazard un 29 de mayo de 2022, en Cibeles, con motivo de la celebración de la 14ª Champions League del Real Madrid, conquistada en París con un gol de Vinicius. Una promesa que pronto se transformó en el preludio de su prematura retirada a los 32 años.

Durante su periplo como blanco, el '7' apenas compareció en 76 partidos oficiales, en los que anotó siete goles y repartió nueve asistencias. Un bagaje muy pobre para el hombre llamado a cubrir el vacío dejado por Cristiano Ronaldo con su marcha en 2018.

Una entrada que lo cambió todo

Los aficionados madridistas anhelaban verle vestido de blanco y él aterrizó en España dispuesto a demostrar por qué le eligieron Mejor Jugador de la Premier League en el año 2015. Sin embargo, el embrujo se desvaneció rápidamente, la hinchada perdió la esperanza y Hazard cayó en un pozo del que nunca volvería a salir.

El descenso a los infiernos del internacional belga se inició en una fría noche de noviembre de 2019. Corría el minuto 63 del duelo de fase de grupos de la Liga de Campeones entre el Real Madrid y el PSG cuando Thomas Meunier (33) le propinó una fuerte patada en el tobillo derecho. El grito de Eden resultó estremecedor, se escuchó en todo el Bernabéu, y precedió a una vorágine de lesiones que acabó con su carrera.

El impacto fue tal en la plantilla madrileña que hasta Florentino Pérez (77) pidió explicaciones al defensor: "Después del partido estoy en el pasillo y llega Florentino, le estrecho la mano, le digo 'encantado', y me responde: '¿Encantado? Te das cuenta de que has lesionado a Hazard y me dices encantado'", explicó el ahora jugador del Lille, que este miércoles (21.00 horas, Movistar+) revivirá el pasado recibiendo a los merengues en su estadio, posteriormente en una entrevista.

Sin remedio aparente, la microfisura de ese tobillo destruyó el físico y la moral de un futbolista generacional. De ese problema derivaron muchos otros, hasta sumar más de 15 lesiones importantes de todo tipo en el tiempo que el atacante pasó defendiendo los colores del club blanco.

Explosión en el norte de Francia

El joven Eden empezó a jugar al fútbol a los 4 años, tocó sus primeros balones y aprendió los fundamentos de este deporte en Bélgica. En 2004, durante un torneo en Tubize, el Lille se fijó en él y le ofreció una plaza en su centro de formación. Allí recaló en 2005, antes de convertirse en profesional en 2007. 

Fue en la Ligue 1 donde el joven extremo se dio a conocer. Su carrera creció a pasos agigantados, y pasó los cinco primeros años dejando huella en Les Dogues. Jugó sus primeros minutos en la Ligue 1 el 24 de noviembre de 2007, como suplente en la derrota del Lille por 2-0 ante el Nancy, a la edad de 16 años, 10 meses y 17 días.

El 20 de septiembre de 2008 marcó su primer gol en la Ligue 1 contra el Auxerre, convirtiéndose en uno de los delanteros más jóvenes de la historia del LOSC en anotar. A continuación, ganó el trofeo UNFP (sindicato de futbolistas profesionales de Francia) al mejor jugador joven de la temporada en la liga gala dos años consecutivos (2008/09, 2009/10). 

Su contrato se prorrogó el 4 de febrero de 2010 hasta 2014 y, desde entonces, se convirtió en el jugador más destacado de su equipo, ganándose los elogios de Zinédine Zidane, que por aquel entonces contar con sus servicios en el Real Madrid.

Sus ráfagas de brillantez duraron dos temporadas, antes de que finalmente se marchara a la Premier League y al Chelsea. Logró un fantástico doblete Ligue 1-Copa de Francia con Les Dogues en la temporada 2010/11, antes de ser elegido mejor jugador de la temporada del campeonato nacional en los trofeos de la UNFP. Y repitió al año siguiente. El belga se marchó a Londres, aunque dejó entrever que su sueño era el Real Madrid. Un anhelo que satisfizo un tiempo después, pero que no ocupó las páginas más importantes del fútbol español.

Recuerdo imborrable

Atrás quedaron, pues, los años en los que sorprendió al planeta y se ganó el beneplácito de Zinedine Zidane desde el LOSC, su época dorada con el Chelsea y la magia desplegada en el Mundial de Rusia 2018 para llevar a los Diablos Rojos al tercer puesto.

"Pude hacer realidad mi sueño, jugué y me divertí en muchos campos de todo el mundo", expresó en su carta de despedida. Se divirtió, y nos divirtió, porque pocos tipos son capaces de transmitir la alegría y el amor por el balón de la manera en que lo hizo Eden Hazard cada vez que pisó un terreno de juego.