Habían pasado 35 años desde la segunda y última conquista del Inter de Milán en la Liga de Campeones, y el equipo que dirigía entonces José Mourinho regresaba a esa mencionada ronda tras caer eliminado 12 meses contra el Manchester United de Cristiano Ronaldo.
Enfrente estaba el Chelsea, un club especial para el luso. Y en el banquillo rival aparecía un tal Carlo Ancelotti, enemigo acérrimo del Inter por su pasado en el banquillo milanista. Pues bien, en la ida, gracias a los goles de Diego Milito y Esteban Cambiasso, el plantel italiano se impuso por 2-1 a los Blues, que afrontaban el duelo de vuelta con la certeza de que el 1-0 les bastaba. En 2010, de hecho, los goles fuera de casa seguían contando doble en caso de empate.
El muro nerazzurro
Frente a Julio César, sin embargo, Lucio y Samuel, que dieron forma a ese famoso "muro", levantaron una barrera defensiva infranqueable, apoyados en el centro del campo por el propio Cambiasso y por Motta, y respaldados también por el perpetuo e inteligente movimiento del capitán (Zanetti).
A falta de un cuarto de hora para el minuto 90, con el marcador aún empatado a cero, Mou decidió que era hora de aligerar su tridente y reforzar aún más sus bandas, sustituyendo a Pandev por Stankovic. Pues bien, sólo tres minutos después de la entrada en el campo de la experimentada estrella serbia, el Inter se adelantó gracias a una invención de Sneijder que permitió a Eto'o estampar su firma en el gol de la victoria.
El propio técnico dijo que fue en ese partido cuando se dio cuenta de que su equipo podía devolver la Liga de Campeones al lado nerazzurro de los Navigli. Con permiso del Barcelona, claro. En ese momento, de hecho, los catalanes estaban liderados por Pep Guardiola -que este miércoles se encontrará con el Inter en Mánchester- y Lionel Messi.
El esperado desafío entre Pep y Mou llegó en semifinales. Una final anticipada: porque si era cierto que los blaugranas eran considerados por todos como el rival a batir, no lo era menos que los de Bérgamo se habían ganado, gracias al gran partido de Londres, la reputación de ser duros de roer.
Final feliz
Fue el Inter quien salió vencedor, a pesar de que todos los pronósticos estaban del lado de los azulgranas. El propio Eto'o, de hecho, se tomó una tremenda revancha contra el entrenador que lo había echado del Camp Nou el año anterior, a pesar de haberle hecho ganar una Liga de Campeones.
El 22 de mayo de 2010, Zanetti y sus compañeros se impusieron al Bayern de Múnich, culminando en el Santiago Bernabéu de Madrid su cabalgada europea, que había comenzado el 16 de marzo en el Stamford Bridge londinense.
