Luis Enrique, la revelación de una temporada estable y cumplida para el PSG
En una temporada en la que, en resumidas cuentas, todo ha salido a pedir de boca, las semifinales de la Liga de Campeones parecen ser la guinda del pastel para Luis Enrique y su París Saint-Germain. En Signal Iduna Park, por primera vez en su historia desde la era qatarí, los parisinos están más que preparados para una cita que han esperado durante mucho tiempo, y a la que han llegado en dos ocasiones todavía con cierta incertidumbre. Esta vez, la plantilla está completa -salvo Kimpembe-, la confianza es alta y, al final del camino, la oportunidad de estar en Wembley el 1 de junio.
Sin embargo, ese camino debe pasar por el "Muro Amarillo" ante un BVB al que los hombres de Luis Enrique se enfrentaron en la fase de grupos y en el que el partido en tierras alemanas acabó en empate a uno. Este miércoles por la noche, no hay lugar para los cálculos, y cada jugador saltará al terreno de juego con un único objetivo: ganar el partido.
Asumir la responsabilidad de sus decisiones
Criticados durante toda la temporada, la mayoría de los aficionados del PSG coinciden hoy en que el primer año de Luis Enrique al frente del equipo ha sido un éxito. Aunque sin duda quedan algunos incondicionales -la cuestión es si lo hacen a propósito para aumentar la audiencia de su programa de radio-, el español ha puesto a todo el mundo de acuerdo: por primera vez en su historia, el PSG va camino de ganar el cuádruple a falta de un mes para el final de la temporada. Una hazaña, no tan fácil de lograr, ya que antes que él, Ancelotti, Blanc, Emery, Tuchel, Pochettino y Galtier no habían conseguido estar en esta posición a 1 de mayo.
Irrespetuoso, pagado de sí mismo, seguro de sí mismo: el asturiano habrá recibido todo tipo de críticas desde su llegada. Pero a menudo se ha restado importancia a un detalle, el de un entrenador que asume la responsabilidad de sus decisiones: "Acepto las críticas que implica la derrota", dijo tras el 3-2 ante el Barcelona. Asumir la responsabilidad, sí. Nunca abdicar. Y los jugadores lo sabían perfectamente, tras haber sido protegidos lo mejor posible por su entrenador después de aquel triste primer cuarto en el Parque de los Príncipes: "Estoy satisfecho con lo que he visto. Por supuesto, hay cosas que se pueden mejorar, pero el entrenador es el responsable y no hay que hablar de tal o cual jugador".
Por primera vez, el ecosistema parisino no atacaba tanto a sus jugadores como en años anteriores. La presión, esa que tantas veces ha hecho temblar las piernas de quienes visten la camiseta del PSG año tras año en la Liga de Campeones, recaía sobre los hombros de Luis Enrique. Un entrenador experimentado, experto y competente en lidiar con estos escenarios, que supo reaccionar y reponerse. El partido de vuelta en Montjuïc fue la demostración perfecta de cómo gestionar el estado de ánimo de la tropa. Todos jugaron liberados y seguros de una cosa: de que podían remontar este resultado. Y todo gracias a Luis Enrique.
Por fin se ha encontrado la ansiada estabilidad
Internamente, su llegada el pasado verano fue considerada como una "revelación", según nos cuentan. La estabilidad que los dirigentes parisinos esperaban desde hace años se hizo realidad con el fichaje del técnico español. Su compromiso con la institución, el hecho de que no ponga a ningún jugador por encima del club, su filosofía de equipo y su sentido de la disciplina son aspectos que han encantado a la directiva parisina, casi un año después de su llegada.
Una revelación, pero también una revolución. Se le dio carta blanca para introducir lo que quisiera, y todos sus métodos han sido aprobados con el tiempo por los jugadores. Desde julio, los jugadores tienen que firmar cada día a su llegada, para medir su puntualidad. Un método aprobado por Nasser Al-Khelaïfi, y que ha dado sus frutos. Luis Enrique también tiene sus propias convicciones en materia de táctica, y se atiene a ellas, otro detalle apreciado por NAK que, según nuestras indiscreciones, consideraba que "el PSG necesitaba esto desde hace mucho tiempo".
El español también se fija en la estructura del club, a la manera de un entrenador en Inglaterra. Busca constantemente la estabilidad financiera, apuesta por la juventud y tiene voz y voto en los fichajes. En este sentido, su relación con el presidente y Luis Campos no puede ser mejor: "un trío que funciona", nos dicen. En otras palabras, todos los cambios que se han producido en el último año son consecuencia directa de lo que está ocurriendo hoy: un club que va camino del primer cuádruple éxito de su historia. Y en este contexto estructural y deportivo estable, aparece en el horizonte el futuro cambio de estadio. Un proyecto destinado a hacer al PSG "competitivo en Europa en los próximos diez años aproximadamente", según nos dicen.
En resumen, Luis Enrique trabaja con una visión a largo plazo, señal de que es feliz en París. Como su contrato expira en 2025, la idea de una prolongación está en el aire en el PSG, según informa L'Équipe y confirmamos nosotros. Una vez finalizada la temporada, las distintas partes tendrán tiempo de discutir el asunto.