San Oblak y Correa, los reyes del Parque de los Príncipes (1-2)
Centro de datos del PSG-Atlético de Madrid
Con los vellos aún de punta por el enorme aplauso del Parque de los Príncipes a los fallecidos por la DANA en Valencia, el PSG quiso regalarles a todos los damnificados un espectáculo de fútbol ejemplar, con una intensidad, una entrega y un ritmo endiablados que concluyeron poco antes del cuarto de hora. Tiempo suficiente para que ese esfuerzo tuviera sus frutos con el gol de Zaïre-Emery. Un grosero error de Lenglet provocó el robo de Dembélé y la llegada del centrocampista para, con temple y calidad, esperar a que Oblak se venciera y picar el balón con suavidad.
Los de Luis Enrique habían arrasado por la banda derecha con el exbarcelonista y con Hakimi, habían arrinconado al Atleti y habían conseguido adelantarse. Pero, así es el fútbol, con el 1-0 se tomaron un ligero descanso. Apenas un minuto. Suficiente para que Nahuel Molina fusilara a Donnarumma tras llevarse un rechace a tiro de Simeone. Primer ataque madrileño y empate para acallar París.
Cholismo en estado puro
Heridos en su orgullo, los locales volvieron a atacar con todo, pero los del Cholo habían aprendido la lección. Sin balón, a defender con línea de seis sumando a Gallagher como lateral izquierdo para permitir a Javi Galán incrustrarse como central. Sacrificio extremo del inglés... y también de Giuliano Simeone, que hacía lo propio en el otro costado a la vez que era el primero en intentar salir a la contra.
El PSG continuó amasando la bola hasta el ecuador, pero, incluso cuando Dembélé recibía, sin generar ya peligro, demasiado previsible. Mérito del Atleti.
San Jan Oblak... y un Ángel
Los colchoneros, tras la reanudación, quisieron ser más ambiciosos, pero con los 11 replegados era imposible montar contragolpes. Tampoco tenían ideas en ataque estático. Así que dependían de que no hubiera errores en defensa y de que los parisinos no estuvieran inspirados. Asensio, Dembélé, Hakimi, Barcola... las llegadas se sucedían, pero el gol no llegaba. Sobre todo, gracias a Oblak. Al meta atlético es para hacerle una estatuta delante del Metropolitano. Claro que entonces no entraría nadie al estadio porque incluso como monumento sería capaz de frenar a cualquiera que quisiera superarlo.
Aun así, los de Luis Enrique no cesaron en su empeño, lo intentaron de todas las maneras posibles, pero entonces aparecieron Nahuel, Reinildo y el resto para ayudar a Oblak a mantener el 1-1. O eso creían todos. Porque cuando ya el partido expiraba, en la última acción, en el único contragolpe real en toda la segunda mitad, en el único acercamiento a Donnarumma, apareció el duende de Ángel Correa para acallar a los príncipes y gritar a París que los reyes son del Atleti.
Jugador Flashscore del partido: Jan Oblak (Atlético de Madrid).