La 'Canarinha' de Dorival Júnior fue incapaz de romper la muralla levantada por los ticos, dueños del plantel más joven del certamen, en el SoFi Stadium de Inglewood, Los Ángeles (California).

"Tuvimos problemas en el medio del campo. Tal vez no fuimos tan eficaces en las definiciones. Faltó el detalle principal", dijo el seleccionador brasileño, quien destacó las labores defensivas de su adversario.

El empate, el primero de la historia entre ambas selecciones, deja a brasileños y costarricenses con una unidad en el Grupo D, por detrás de Colombia, que venció por 2-1 a Paraguay en Houston (Texas).

Ambos elencos volverán a tener acción en la madrugada del viernes al sábado. Brasil enfrentará a los paraguayos en Las Vegas (Nevada) y Costa Rica chocará con los cafeteros en Glendale (Arizona).

"Ojalá nos empiecen a mirar desde el respeto, porque somos un equipo que va a luchar desde el orden, de luchar hasta el final", dijo el seleccionador de los ticos, el argentino Gustavo Alfaro.

Muralla inquebrantable

Sin llenarse por completo, la casa de Los Angeles Rams y Los Angeles Chargers, de la NFL, fue coloreada por el 'amarelo' de los brasileños que acompañaron a su equipo nacional, pero también por otros latinoamericanos, especialmente mexicanos, que se enfundaron la armadura de la tierra del 'jogo bonito'.

Al coro de "¡Brasil, Brasil!", la 'torcida' impulsó a unos pentacampeones del mundo que tuvieron un arranque vertiginoso en el que inquietaron o exigieron a Sequeira con remates de Raphinha (7', 25'), Rodrygo (12', 45') y Lucas Paquetá (22').

El arquero del UD Ibiza, de la tercera división española, respondió con suficiencia a la difícil tarea de reemplazar a Keylor Navas. Apenas sucumbió, en la primera parte, en un tanto de Marquinhos (30') a balón parado, anulado por fuera de juego tras revisión del VAR.

Sequeira, de 25 años, fue la columna vertebral de una defensa de cinco hombres, respaldada por los otros cinco jugadores de campo, que puso en evidencia la falta de un organizador en Brasil. De alguien capaz de derrumbar murallas, una labor que Neymar, ausente del certamen por lesión, pero presente y ovacionado en el estadio, desempeñó en los últimos años.

"Yo lo soñé, yo me lo imaginaba. Y, bueno, gracias a Dios se hizo realidad", declaró el guardameta tico a la cadena TUDN.

Llamado a guiar a la 'Canarinha', muy presionada por cuenta de los malos resultados en 2023, Vinicius Jr. apenas se hizo notar en el primer partido de Dorival Júnior como seleccionador en un torneo oficial.

Otra vez Sequeira

Costa Rica, con una media de edad de 24,7 años, cumplía lo prometido por el argentino Gustavo Alfaro: defender bien, competir y foguear a los sustitutos de Keylor, Celso Borges y Bryan Ruiz.

Su ofensiva, sin embargo, quedó en deuda total, pues no disparó de forma directa ni una vez al arco defendido por Alisson. Aquello fue un alivio para Dorival, incómodo porque en los cuatro duelos previos en que dirigió a la 'Seleção' recibió seis goles.

Sin nadie capaz de penetrar la retaguardia centroamericana, Brasil apostó en el segundo tiempo, que también inició con urgencia, a lanzamientos aéreos cruzados y a la media distancia. A través de esta última vía, Lucas Paquetá por poco rompe el empate con un zurdazo desde fuera del área que se estrelló en el palo a los 63 minutos.

Con el tiempo en contra, y señales de desesperación sobre el verde, Dorival hizo debutar en la Copa a dos de sus hombres más jóvenes, los atacantes Savinho y Endrick, la perla de 17 años fue aclamada por la tribuna, pero tuvo poca influencia en el juego.

Savinho, de 20, que reemplazó al flojo Vinicus, por poco deshace el hechizo costarricense en su primera acción ofensiva a los 71 minutos. Centró desde derecha y el lateral Haxzel Quirós casi la mete en propia puerta, pero Sequeira, de nuevo, evitó el festejo brasileño.

Luego el lateral Guilherme Arana a los 79' hizo volar al portero tico con un cañonazo lejano y Rodrygo a los 87' no pudo capitalizar el único error de Sequeira, para emoción de los aficionados de Costa Rica, identificables por sus camisetas rojas en medio de la decepcionada marea 'amarela'.