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El dilema de Deschamps sobre la posición de Camavinga, suplente en la Eurocopa

François Miguel Boudet
Eduardo Camavinga, en un partido de Francia.
Eduardo Camavinga, en un partido de Francia.INA FASSBENDER / AFP
No hay muchos jugadores creativos en la selección francesa. Antoine Griezmann, que ha tenido problemas desde el comienzo del torneo, tiene una gran carencia como enlace con el ataque. ¿Y si por fin fuera el momento de utilizar a Eduardo como titular y en una posición que le convenga?

Como número seis o como lateral izquierdo, pero lo cierto es que Eduardo Camavinga nunca ha sido utilizado en la posición que más le favorece. Ya sea en el Real Madrid o en la selección de Francia, el centrocampista formado en el Rennes navega entre dos puestos que no son los suyos.

Su único defecto reside en su polivalencia, y es que puede jugar en casi cualquier sitio con un rendimiento constante. Y dado que los huecos en el once son escasos, o no juega o se le coloca en un lugar en el que no puede rendir al máximo. Utilizarlo domo centrocampista defensivo es una herejía. Además, no tiene el vicio de un Casemiro, por ejemplo, como demuestra su número de amonestaciones: nueve en 31 partidos de Liga y tres en 11 de Champions. Además, comete errores de bulto y entradas a destiempo que podrían valerle una tarjeta roja.

Las estadísticas de Eduardo Camavinga.
Las estadísticas de Eduardo Camavinga.Flashscore

Respetuoso con las instrucciones, tácticamente inteligente y, sobre todo, un excelente jugador de balón, Camavinga ha ampliado su abanico, pero a sus 21 años ha llegado el momento de ponerle en las mejores condiciones con los Bleus.

Es un momento crítico: sin Antoine Griezamnn, en su mejor momento desde el inicio de la competición, la creatividad es casi nula. La única opción viable es él, aunque su debut contra Polonia no fue un éxito. Pero, ¿cómo motivar a un jugador que ha pasado de titular en la final de la Liga de Campeones, aunque fuera a contracorriente, a ser suplente y estar eclipsado por N'Golo Kanté e incluso Aurélien Tchouaméni? Su compañero merengue acaba de regresar tras más de un mes de ausencia.

Kanté, ¿solución o problema?

Cuando irrumpió en escena en la Ligue 1, E. Camavinga era un jugador diferente, que daba vueltas por el campo y era una amenaza constante. Un talento en bruto, un talento por pulir, que ahora necesita gozar de la confianza de su entrenador. Pero, ¿quiere Didier Deschamps renunciar a su base de siete jugadores defensivos, que sin duda aportan cierta estabilidad y también muchos problemas?

Las actuaciones de Kanté tienen un doble efecto. Por un lado, está en carrera, rastrillando el balón y elevándolo. Por otro, sale de su zona de confort y se adelanta. Su omnipresencia es una virtud, pero desbarató por completo a un equipo que ya estaba en pañales en la cita de marzo, una de las razones del regreso del ex del Chelsea. Pero, ¿no debería limitarse a un papel puramente defensivo para liberar al menos un puesto en el centro del campo? El gran perdedor sería el citado Eduardo, ya que no puede jugar ni de '6' ni en una formación de '8' o '10', ya que Griezmann sigue siendo la prioridad.

Así salió Francia ante Polonia.
Así salió Francia ante Polonia.Flashscore

La cuestión de jugar con dos mediapuntas ya se planteó en la selección gala cuando Zinedine Zidane y Johan Micoud estaban en la cima de sus carreras en 2001 y 2002. A pesar de los cuatro mágicos de los años 80, que produjeron dos semifinales de la Copa Mundial y una victoria en la Eurocopa, los seleccionadores se niegan a combinar talentos ofensivos o, como mínimo, a clasificarlos por orden de importancia. Youri Djorkaeff tuvo un Mundial del 98 mejor que el de Zidane, pero su impacto ha caído en el olvido porque un pase decisivo en la final vale menos que un doblete.

Alinear juntos a Grizzie y a Camavinga para alimentar a Mbappé y Dembélé es un sistema ambicioso que tendría el mérito de combinar creatividad y velocidad. El cálculo de Didier, validado en la rueda de prensa por Tchouaméni, es ganar. Pero ganar no es un estilo, es un simple hecho. Y si al final no se vence, lo único que queda es el arrepentimiento, el arrepentimiento que viene cuando, en retrospectiva, te das cuenta de que con el talento que tienes a tu disposición y aunque tuvieras que perder, todavía había mucho mejor que ofrecer.