Presente en las semifinales de todos los grandes torneos entre 2006 y 2016, la Mannschaft atraviesa desde el Mundial de 2018 un páramo inédito en su historia, cayendo eliminada en fase de grupos en las ediciones de 2018 y 2022 y en los octavos de final de la Eurocopa de hace tres años.
Una anomalía que alcanzó su zenit en septiembre de 2023 con la destitución del seleccionador Hansi Flick, algo que la Federación Alemana de Fútbol (DFB) no había hecho nunca antes.
La llegada a finales de septiembre de Julian Nagelsmann ha devuelto el aliento al combinado germano, que ha recuperado para la causa al gran artesano Toni Kroos, en lo que será su último torneo antes de retirarse como profesional.
El que fuera técnico del Bayern ha empezado a hablar sobre lo que supondría conquistar la competición.
"Deberíamos soñar y luego reflexionar sobre qué significa alcanzar la final e incluso ganarla", explicó el joven seleccionador en rueda de prensa, durante la preparación del evento.
"Orgullo y responsabilidad"
En la casilla de salida se medirán a Escocia, un partido que deben utilizar como aviso para los rivales más directos y como punto de partida a un nuevo "Sommermärchen", el cuento de hadas en el que entró todo el país a lo largo del verano de 2006, en el que también era local y donde alcanzó las semifinales.
"Vamos a tener un poco más de presión", reconoció Nagelsmann durante la rueda de prensa previa al partido inaugural.
"Puede ser el arranque", opina Thomas Müller, uno de los tres últimos jugadores de la selección que ganó el Mundial de 2014, junto al mencionado Kroos y el guardameta Manuel Neuer.
En 2006, una victoria contra Costa Rica por 4-2 sirvió de despegue para los de Jügen Klinsmann, que actuaron a domicilio.
"Estaba en las zonas de hinchas de la Copa del Mundo de Alemania y me divertí mucho. Ahora formo parte de la Mannschaft y poder representar al pueblo alemán resulta un orgullo", dijo el capitán, Ilkay Gündogan, la víspera del duelo.
"Puede empujarnos en el resto del torneo. La responsabilidad está sobre nuestros hombros", añadió el centrocampista culé.
Incluso si una victoria en la entrada en liza no garantiza nada, en cada ocasión en la que Alemania levantó la Copa del Mundo (1954, 1974, 1990 y 2014) o una Eurocopa (1972, 1980 y 1996), ganó su primer partido.
Una marea de aficionados
En esta ocasión, el rival tendrá otro calibre. Escocia no tiene la reputación de gran selección europea y jamás ha superado la fase de grupos de una Eurocopa o Mundial.
Pero, capitaneado por Andrew Robertson, el 'Ejército del Tartán' brilló durante la clasificación en 2023, venciendo a la Noruega de Erling Haaland (1-2 como visitante) y sobre todo a España (2-0), candidato al título.
Tras una recta final más ajetreada y una serie de amistosos poco ilusionantes (empate contra Finlandia y victoria complicada en Gibraltar), el cuadro de Steve Clarke tendrá que apoyarse en su marea de aficionados.
Se espera que a lo largo del torneo hasta 200.000 aficionados escoceses inunden las calles del país, procedentes de la nación británica de 2,5 millones de habitantes.
En la víspera del encuentro de apertura, ya eran 40.000 presentes en las calles de Múnich, según las autoridades.