Las razones que explican el matrimonio entre el Sevilla y la Europa League
A continuación, un análisis de los secretos de los triunfos del club andaluz con el exdefensa francés Julien Escudé, jugador sevillista de 2006 a 2012 y ganador de la Europa League en 2006 y 2007.
La voluntad de los dirigentes
A la sombra de los gigantes del fútbol español, el Sevilla FC no ha logrado nunca consolidarse como una alternativa en la liga nacional, con un solo título en 1946.
Fue a partir del primer título europeo en 2006 cuando los dirigentes del club andaluz hicieron de este torneo una prioridad.
"Hubo un antes y un después de 2006", admite a la AFP un Escudé que llegó a Andalucía cuando el sueño europeo era aún inaccesible.
"Fue en ese momento en el que todo cambió para el club. Antes, era un club de la zona media de la Liga, cuya única ambición era acabar por encima del Betis (el gran rival de la ciudad) en la clasificación. Pero en 2006, Monchi (director deportivo) cambia de estrategia y empieza a fichar a jugadores europeos con una buena formación, como Enzo Maresca, Frédéric Kanouté, Ivica Dragutinovic, yo... Y logramos algo que, en aquella época, parecía inimaginable para un club como este", recuerda el exinternacional galo.
Una competición a medida del club
Tras el doblete europeo 2006-2007, "el club tuvo notoriedad europea y a partir de ese momento se apropió de la competición", explica Escudé, quien trabajó con Monchi en la dirección deportiva del club de 2019 a 2022.
Una de las ligas más potentes en el mundo, una ciudad con dos clubes, un estadio con 45.000 plazas, una situación financiera en constante evolución... "Sevilla es el modelo perfecto para una copa de este calibre", resume Escudé.
Pese a todo, estos éxitos se basan en una pequeña mentira: "En realidad, actualmente, el objetivo no es ganar la Europa League. El objetivo, cada temporada, es jugar la Liga de Campeones y empezar a instalarse económicamente, futbolísticamente en la mejor de las competiciones. Pero después, una vez que caes a la Europa League, pues... no se nos puede escapar", sonríe el exfutbolista.
Una ciudad que respira fútbol
A medida que se lograban los títulos, en Sevilla, tradicional ciudad de caballos, toros, pero también de fútbol, la Europa League ha adquirido una importancia primordial.
"Sevilla es una ciudad de pasión. Tiene fe en la religión, en la familia, en el fútbol... Cuando llegas al Estadio Sánchez Pizjuán, hay una vitrina con las seis Europa Leagues. Se pasan imágenes de los títulos. En el centro de entrenamiento, hay dibujos. Notas ese peso", asegura Escudé.
"Cuando entras en el pasillo de los vestuarios, escuchas a la gente cantar el himno, de pie, cuando pisas el césped y ves todos los mosaicos... te dices: 'No se puede perder'", confía el exjugador de la AFP.
Una parte de irracionalidad
Como la irracionalidad que vincula al Real Madrid con la reina de las competiciones continentales (14 veces campeón de la Liga de Campeones), también hay una parte de inexplicable en el éxito del Sevilla en la Europa League.
"La ida de los cuartos de final contra el Manchester United, ellos se meten dos goles en contra casi en el descuento. Es impensable. Pero los jugadores no dejan de decirse en la cabeza que todo es posible, que puedes alcanzar cualquier cosa", dice Escudé.
Para los dos clubes que jugarán la final de Budapest, Roma y Sevilla, Europa se ha convertido en "una obligación profesional", según el antiguo exjugador, que acaba con una especie de profecía: "Cuando vistes esta camiseta, estás obligado" a luchar por la competición.