Este Girona pinta muy bien. No es un Red Bull ni lo ha diseñado Adrian Newey, pero el equipo tiene una configuración aerodinámica que lo hace volar, con alas que lo dotan de una aceleración brutal, inalcanzable para los rivales.
Tsygankov y Savinho tienen mucha parte de culpa en la explosividad en las rectas. Imparables ambos con su velocidad. Ellos fueron los encargados de dinamitar al Granada. Primero, el ucraniano, con un disparo de rosca aprovechando su diagonal hacia dentro. Raúl Fernández llegó a rozar la bola, pero ésta decidió que besaría las mallas para transformarse en el 0-1.
Poco después, a la media hora de encuentro, Savinho no quiso ser menos. Recuperó un balón en zona de tres cuartos, aceleró para llegar a la media luna del área y soltó otro latigazo con la zurda que entró como un bólido de F1 en la meta de un Raúl que también llegó a tocar balón.
Y el 0-3, antes del descanso
El Granada estaba desarbolado. Un flan en defensa que volvió a flojear en el siguiente acercamiento. Esta vez, con instrucciones desde boxes, el Girona anotó el tercero. Acción de estrategia en una falta que tocó con la testa Dovbryk para que David López, en el palo opuesto, rematase a puerta vacía.
Los Cármenes silbaban a los suyos, en los que sólo Bryan Zaragoza ponía algo de calidad. Un centro del malagueño dejó solo a Uzuni a tres metros de la portería, pero su cabezazo, incomprensiblemente, lo envió fuera. Fue la ocasión, en letras mayúsculas, de los de Paco López para meterse en el partido. Y la desaprovecharon. Y no les costó más caro porque, inmediatamente después, Ignasi Miquel, sobre la línea, evitó el cuarto de los catalanes, el segundo de Tsygankov, tras una acción colectiva brillante. Qué exhibición la del Girona.
Caer compitiendo
Sin nivel para defender y sin nada ya que perder, los locales se asomaron en ataque tras la reanudación, si bien quedó claro que los motores de los Callejón, Melendo y Lucas Boyé estaban gripados. Y aunque el de Uzuni sólo funcionaba a medio gas, fue suficiente para, ahora sí, recortar distancias con el 1-3. Un tanto lleno de fe del albanés y que despertó a la afición nazarí. Quedaba media hora todavía por delante y, al menos, el Granada ya competía.
Pero no sólo eso. Porque el Girona, que durante muchos minutos supo enfriar el partido en base a la posesión, e incluso gozar de algunas ocasiones clarísimas, terminó pidiendo la hora cuando Lucas Boyé acertó a poner el 2-3 tras un pase con la testa del recién incorporado Diedhiou. La igualada era posible.
Savinho, menudo crack
Sin embargo, Savinho levantó la voz y dijo que nones. Sacó el DRS, se plantó en el área y cedió a Yan Couto, quien tras amagar con la derecha disparó con la izquierda para marcar el 2-4 y pasar por la bandera de cuadros con mucha suficiencia.
Sigue soñando el Girona, que está a dos puntos del Real Madrid. Y sigue penando su debilidad en la zaga -16 goles en contra- un Granada que se queda en la antepenúltima plaza.
Jugador Flashscore del partido: Savinho (Girona).
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