Dos temporadas en las que nada salió como esperaba. Cuando firmó por el Barça, siendo internacional con España, se esperaba que Jordi Alba se terminara marchando. No ocurrió así y la irrupción de Balde en el primer equipo, le dejó como tercer lateral izquierdo.
Marcos Alonso se reinventó como central y ahí jugó con más asiduidad, pero sin ser indiscutible. La pasada campaña, sin embargo, todo fue a peor con una importante lesión que le dejó varios meses fuera de combate. No llegó ni a 10 partidos oficiales con el conjunto azulgrana.
Este verano quedó libre y tras varias propuestas exóticas, al final ha aceptado la del Celta, que le permite seguir jugando en LaLiga.
A la espera de que el club vigués obtenga suficiente espacio salarial, Marcos Alonso cuenta las horas para ponerse a las órdenes de Claudio Giráldez.