No es precisamente Diego Pablo Simeone (54) un deportista sin manchas en su currículum. Sin restarle valor a todos sus excepcionales logros tanto como jugador como entrenador, también hay episodios inolvidables en su trayectoria que le hacen no ser un ejemplo de limpieza deportiva para nadie.
Basta con señalar dos episodios. Uno, cuando decidió clavar los tacos de su bota intencionadamente en la pierna de Julen Guerrero, que comenzó a sangrar como si fuese una fuente. Otro, ya como técnico, cuando ordenó a alguien de su banquillo meter un balón dentro del campo y evitar así un contragolpe del Málaga que seguramente le habría costado un gol a su equipo.
Dicho esto, sus palabras sobre Courtois acusándole de encender a la grada no son justificables. No, señor Simeone. "No justifico lo que hicieron, pero... nosotros podemos hacer más y no lo hacemos", dijo para explicar su versión de lo sucedido.
Que el portero del Real Madrid celebró el gol de Militao mirando a la grada con júbilo y con una sonrisa después de que le gritasen una y otra vez 'Courtois, muérete', pues está en su derecho, oiga, de expresar su felicidad. Y más cuando los porteros, habitualmente, están solos mientras sus compañeros corren a juntarse entre todos. Que eso fastidia al seguidor rival, pues por supuesto que éste está también en su derecho de enfadarse. Pero que por eso haya energúmentos que se tomen 'la justicia' por su mano, y que encima diga el Cholo que "no está bien, pero la gente no se enoja sola...".
Pues la gente se enoja porque Courtois, en su momento ídolo colchonero, fichó por el Real Madrid y dijo que era el mejor club del mundo. ¿No puede un exrojiblanco fichar por el eterno rival? Acordaos del casi fichaje de De Gea. ¿Por qué si va del Metropolitano al Bernabéu es poco menos que un traidor, pero si el viaje es al revés -Llorente, Morata, Hermoso, como últimos casos- no pasa nada? Pues Courtois se enoja porque en su placa de la explanada del Metropolitano aparecieron en su día peluches de rata, cáscaras de plátanos y basura variada. Y Courtois se enoja porque le estaban deseando constantemente su muerte. ¿Y ahora resulta que es una provocación cuando levanta los brazos y sonríe a esos seguidores atléticos por festejar un gol en un derbi? Ni que estuviera en el palco...
No, señor Simeone, no se puede justificar el lanzamiento de mecheros acusando de provocador al belga. Y por supuesto que no puede haber, por tanto, ningún 'pero' a tan deleznable acción. Es vergonzoso lo que hicieron algunos energúmenos en ese sector donde debe haber una grada de animación, no ultras radicales que no deberían tener cabida en los estadios. Y menos aún como cobardes escondidos tras pasamontañas para evitar ser identificados.
