Si les hablan de Manuel Agudo Durán, puede que no identifiquen al susodicho y hasta piensen que es una persona anónima; sin embargo, todo aquel que ha seguido el fútbol español en los últimos años es capaz de reconocer a un tal Nolito. También es un nombre que suene, como mínimo, en Inglaterra y en Portugal dadas sus experiencias en el Manchester City y en el Benfica, los dos únicos equipos de otras ligas que tuvieron al de Sanlúcar de Barrameda en sus filas.

El delantero empezó su carrera en el Algaida gaditano y dio el salto, allá por 2005, a la cantera de un histórico como el Valencia. Después, volvió a su tierra y disfrutó en el Écija, del cual salió para emprender una ilusionante etapa en el Barcelona, con cuyo primer equipo tuvo la fortuna de jugar. Sin hueco en la Ciudad Condal, decidió hacer las maletas rumbo al país vecino, donde marcó 16 goles (tres de ellos en la Champions League) en dos temporadas.

No llegó a asentarse allí y fue entonces cuando volvió a LaLiga EA Sports. Jugó apenas medio curso en el Granada y apareció el Celta, la entidad que lo marcó todo (seis temporadas en total, aunque no de forma continuada). Su talento llamó la atención del vigente campeón de Europa -seis tantos y siete asistencias-, si bien fue un paso efímero. A partir de ahí, algo más de dos años en el Sevilla y vuelta a Vigo antes de marcharse al Ibiza, con el cual no pudo evitar el descenso a Primera RFEF.

"Me dirijo a todos ustedes con una mezcla de emociones muy difíciles de describir. Ha llegado el momento en el que debo decir adiós a la pasión que ha sido mi vida (...) He sido un privilegiado y me he sentido afortunado de poder disfrutar al máximo nivel de este maravilloso deporte que me ha permitido vivir tantas cosas y llevarme, para siempre, inmejorables recuerdos", explicó en un texto que cerró haciendo referencia a la motivación por "empezar nuevos retos".