El Alavés soñaba con darle una victoria a su afición para empezar octubre. Era una fecha ideal para espantar esos fantasmas que amenazan la permanencia y que generan terror a lo largo del año. Osasuna, en cambio, iba por algo más: los rojillos, uno de los equipos revelación de la pasada campaña liguera, anhelaban sumar para acercarse a Europa.
Mendizorroza, en lugar de ver a su conjunto ganar, ha observado con detenimiento la intensidad de un Osasuna valiente, aguerrido y defensivo. El Alavés, de hecho, inició mejor el encuentro: durante los primeros siete minutos inquietó el arco de Sergio Herrera. Osasuna esperó, con su paciencia habitual, la apertura de un espacio para generar contragolpes.
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Ese espacio llegó en el minuto 36 cuando Arnaiz, con un derechazo violento, puso el 0-1 para los visitantes. Un minuto más tarde, Herrera, de nuevo, detuvo un remate de cabeza ejecutado por Rioja. El portero del Osasuna se encargó de sostener el 0-1 hasta el descanso. Un premio extraño para los rojillos y una consecuencia injusta para los locales.
La segunda parte inició de una forma abrupta para el Alavés: Antonio Blanco se retiró expulsado por una falta desmedida sobre Arnaiz. A pesar de la superioridad, Osasuna no atacó con constancia y prefirió resguardarse en su propio arco.
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Sobre el final, Osasuna tenía más energía: Rubén avisó primero con un cabezazo teledirigido hacia el larguero. En el 89, Budimir sentenció y le brindó a los rojillos tres puntos esenciales en la disputa por la permanencia.
Jugador del partido Flashscore: Herrera