Eden Hazard (32) tiene un año más de contrato por delante y está dispuesto a cumplirlo. El jugador del Real Madrid es un miembro pasivo de la plantilla y apenas cuenta para Carlo Ancelotti, pero está cómodo en la capital española y, salvo giro radical de los acontecimientos, continuará hasta junio de 2024. Su situación deportiva es nefasta porque tiene un rol residual, como demuestra el hecho de haber estado más de seis meses sin jugar en LaLiga Santander y pasar casi 100 días sin participar en ninguna de las competiciones.
Desde que le prometió a la afición en Cibeles que todo iba a cambiar a partir de agosto, en el inicio del presente curso, sólo ha podido disputar ocho encuentros oficiales -la gran mayoría partiendo desde el banquillo-. La realidad es que ha pasado sin pena ni gloria; la asistencia que le dio a Lucas Vázquez este domingo fue el segundo en su cuenta particular y sólo ha marcado un tanto (frente al Celtic de Glasgow en septiembre-. Se trata de un bagaje paupérrimo para un futbolista que estaba llamado a marcar época.
La última vez que vimos en acción al ex del Chelsea, próximo rival del conjunto blanco, fue a principios de año y en un escenario atípico. La visita al Cacereño se saldó con un ajustadísimo triunfo (0-1) gracias a la aparición estelar de Rodrygo Goes. Hazard tenía la oportunidad de reivindicarse y demostrar que puede seguir siendo un recurso útil para el técnico italiano, pero pasó de la hora de juego sobre el verde y apenas participó. Ha tardado prácticamente tres meses en volver a disfrutar sobre el césped.
Si ponemos el foco en el torneo regular, hay que echar la mirada mucho más atrás. Nos remontamos pues a la visita del Mallorca al Santiago Bernabéu, cuando jugó 58 minutos. Al contrario que ante el Pucela, Eden salió para intentar cambiar el guion del choque, ya que el marcador era de 1-1. Los protagonistas fueron otros, especialmente los brasileños Vinicius y Rodrygo, dos jugadores que compiten de forma directa con él y que están muy por delante en la rotación, sobre todo el primero.