Fiestón de remontada en el Metropolitano (3-1)
Es peligroso esto de cumplir años, 120 ni más ni menos. Engalanas el lugar de celebración -el Metropolitano-, invitas a 60.000 personas, te vistes con un traje azul y blanco a medida aparcando el rojiblanco del día a día... y va el que se ha colado en la fiesta y sopla las velas en tu lugar.
Así se puede resumir la primera parte del duelo entre el Atlético de Simeone y el Mallorca de Javier Aguirre, al que ovacionaron los colchoneros recordando su pasado con ellos. El anfitrión se desvivió para que todos se lo pasaran en grande, para que fuera una tarde inolvidable. Desde el principio quisieron agradar con disparos de Koke y Morata, y con incursiones constantes de Carrasco por la izquierda.
Pero he aquí que te despistas un segundo y te tiran la tarta al suelo. O lo que es lo mismo, que en un saque de esquina, el balón pasó por el primer palo como si tuviera la lepra y llegó al segundo donde Nastasic, que había mareado a Witsel, remató a puerta vacía para marcar el 0-1.
Encerrados en su guarida
Desde ese minuto 19, los bermellones se escondieron bajo la mesa, protegiéndose con Rajkovic. Replegaron líneas y repelieron todo lo que el Atlético, enfurecido, les lanzó. El Cholo movió piezas, confiando en que Griezmann haría de las suyas para entretener a los invitados.
Y lo hizo, claro. Después de que el VAR echase abajo el penalti que Pulido Santana le había pitado a Copete por falta a Nahuel, el Principito atrapó un rechace del portero a disparo suyo. Cuando quiso controlarlo se le fue largo, pero le salió un pase que De Paul no iba a desperdiciar. La fiesta había recuperado la música.
Y Morata fue el que animó el cotarro definitivamente para recuperar el buen humor con una ejecución perfecta de cómo bailar por los aires. Cualquier otro acabaría con tortícolis. Él firmó el 2-1 un minuto después de la reanudación.
Aguirre no se rindió. Igual que el Grinch en Navidad, el mexicano quiso el papel de aguafiestas en el cumple del Atlético y tiró de Lee Kang-in, Muriqi y Amath Ndiaye. Cotillón envenenado. Amagó con volver a fastidiarlo todo. Pero Griezmann y Carrasco no lo iban a consentir de nuevo. Despejó con intención el francés desde su área y el belga se escapó sin oposición, recorrió 50 metros, regateó a Rajkovic con una pisadita y casi entró con el balón en la portería vacía. Golazo, 3-1 y a celebrar el cumpleaños con el regalo de quedarse a dos puntos del subcampeonato.
Jugador Flashscore del partido: Yannick Carrasco (Atlético de Madrid).
Todos los detalles y estadísticas del Atlético de Madrid-Mallorca, en Flashscore.