La trágica racha del Valladolid: un mes sin puntuar antes de recibir al Barça
El efecto que generó la llegada de Paulo Pezzolano se ha desvanecido. Fueron tres partidos consecutivos puntuando, siete de nueve posibles (3-3 contra el Mallorca, 1-2 ante el Villarreal y 1-0 frente al Girona), y se colocaron en una situación privilegiada de cara a conseguir la permanencia. Bastaba, igual que ahora, con vencer dos veces más para prácticamente certificar el objetivo.
Hay una cifra mágica (41) para quienes compiten por no caer a Segunda, un número que veían muy cerca en el José Zorrilla y ahora, pese a estar a la misma distancia, parece encontrarse muy lejos. Las matemáticas permiten incluso llegar a 44, por lo que dependen de sí mismos, pero las sensaciones no acompañan y los nervios pueden influir de forma negativa en un club que regresó a la élite hace un año.
El Pucela perdió este viernes en Cádiz (2-0) contra un rival directo que da un salto importante para escapar de la zona roja. El empate hubiera servido para mantener la igualdad en la tabla entre ambas entidades e igualar al Almería -a falta de su partido-. Tampoco era un desenlace demasiado feliz tras caer ante Valencia, Atleti, Rayo y Sevilla, pero siempre es mejor que quedarse a cero.
Un calendario de infarto
El Real Valladolid puede incluso celebrar el hecho de que el Barcelona se haya coronado campeón de LaLiga Santander con tanta antelación porque va a afrontar la recta final con una marcha menos. Jugadores con molestias ya no fuerzan (véase Ronald Araújo y Pedri González ante la Real Sociedad) y las rotaciones aparecen en escena para así darle oportunidades a jugadores con un papel más secundario. Ambos se enfrentarán el martes (22h00 CET) en un duelo determinante para los anfitriones.
Sacar un resultado positivo ante los azulgranas es, a priori, más complicado en comparación a la visita al Almería -siguiente compromiso-, pero el contexto tiene un papel esencial, ya que los rojiblancos también se juegan la vida y contarán con el apoyo de una ciudad entera. Pase lo que pase antes, va a ser una final por la salvación. Y, en función de los resultados, aunque todo parece indicar que lo será igualmente para ambos, ocurrirá algo similar cuando el Valladolid reciba al Getafe en su último partido del curso.