Día soleado en Pamplona, en torno a 20 grados de temperatura, situación privilegiada en la tabla y billete para la final de Copa del Rey. Ambiente de fiesta en El Sadar antes de escuchar el pitido inicial de Pablo González Fuertes, que mandó a los futbolistas a realizar más ejercicios de calentamiento porque los 22 protagonistas estaban sobre el césped a las 13h58. Tenían ganas de empezar a jugar y prueba de ello es que Kike Barja tardó sólo 30 segundos en disparar a puerta por primera vez.
Intenta disfrutar el Elche de sus últimos coletazos en la élite del fútbol español. Lucas Boyé, quien probablemente abandonará el club dentro de unos meses, probó fortuna con una sorprendente chilena que se marchó fuera. Sin complejos y sin nada que perder, el cuadro visitante intentaba fastidiarle la fiesta a una plantilla con muchos motivos para celebrar, nada que ver respecto al apenado conjunto alicantino, cuyo cuarto entrenador de la campaña está haciendo diferentes probaturas y experimentos.
Del susto a la confirmación
Señaló penalti el colegiado a los 15 minutos por una inexistente patada de John Chetauya. Asistido desde la sala VOR por Iglesias Villanueva, calmado e indeciso, finalmente acudió al monitor y decretó que no había nada punible. Jagoba Arrasate, todavía enfadado pese a no tener razón, vio cómo el citado Boyé mandaba un nuevo aviso tras una gran jugada colectiva y una buena asistencia de Fidel Chaves, aunque respondió Barja pasada la media hora de juego ante la anarquía de los ilicitanos.
Ez Abde estaba siendo uno de los protagonistas antes del descanso: sus arrancadas, centros al área y regates no suelen pasan desapercibidos en un plantel cuya principal virtud es el trabajo colectivo. Pese a los intentos del jugador cedido por el Barcelona, el gran nombre del primer tiempo fue Tete Morente, quien aprovechó una maravillosa asistencia de Omar Mascarell para recortar y fusilar a Aitor Fernández (44'). Poco antes, Darko Brasanac dejaba su lugar a Jon Moncayola por una lesión que pinta mal.
Hasta que Abde quiso
La segunda mitad iba a ser otra historia, aunque el ariete argentino mandó el balón a la red en una jugada anulada por mano en el remate. Aquello fue una gota en el desierto porque todo el ataque tuvo color rojillo, con Abde como el más activo; por dentro y por fuera, hasta la línea de fondo y desde fuera del área, con algún que otro disparo... Y en una de esas marcó el empate, gracias a un fantástico contragolpe que nació por la banda derecha y concluyó por la izquierda tras un desvío de Mascarell.
A través del balón parado habían avisado también los anfitriones, en concreto por medio de David García. Sebastián Beccacece, consciente de la situación, realizó dos cambios defensivos que no evitaron el tanto de Osasuna, cuya sequía de cara a gol en LaLiga finalizó tras más de 400 minutos. Y se podría haber cortado antes de no ser, en parte, por la gran actuación del mediocentro con pasado en el Schalke 04 y en la cantera del Real Madrid, este sábado en una posición más retrasada de lo habitual.
Inconformistas, los de Arrasate buscaron el segundo con insistencia y se encomendaron al extremo marroquí, que culminó la faena con un golpeo preciso desde fuera del área que incluso tocó la zona interior del poste (84'), tanto que permite soñar con la posibilidad de competir en Europa y prolongar la fiesta. Eso sí, apenas cambia la situación del plantel dirigido por Beccacece. Poco antes del final, Kike García estuvo a punto de hacer el 3-1 hasta en dos ocasiones.
Jugador Flashscore del partido: Ez Abde.
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