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Uriel Antuna: Uno más a la lista del ‘ya merito’

Uriel Antuna, con la selección mexicana
Uriel Antuna, con la selección mexicanaSteph Chambers / GETTY IMAGES NORTH AMERICA / Getty Images via AFP
Curtido en las calles polvorientas de Gómez Palacio, Durango, en el caluroso norte mexicano, Carlos Uriel Antuna Romero (27) aprendió a jugar fútbol en canchas de tierra llenas de piedras que le dieron a la velocidad furiosa de sus genes el potrero suficiente para forjarse, a muy temprana edad, como un extremo con regate; una especie en extinción en el país. 

Un día de 2009, con 11 años cumplidos y cansado de no encontrar un rival a su altura en el barrio, decidió seguir los pasos de su hermano mayor y se presentó en el Centro de Formación Charly Soccer, una pequeña escuela que llevaba un año de creación y que estaba ubicada en el patio de la casa de Carlos Alberto Escandón, un hombre que ayudaba a niños de escasos recursos por medio de la pelota. 

Escandón no olvida lo “chiquito” que era Uriel cuando se le acercó para pedirle una oportunidad. Y aunque dudó al temer que pudiera sufrir un daño, el dueño de la escuela terminó cediendo a los deseos del pequeño. De esa decisión, que aquel día parecía insignificante, nacería uno de los mayores talentos futbolísticos que el fútbol mexicano ha tenido en las últimas décadas. 

Descarado, ligero, veloz y apabullante, fue solo cuestión de tiempo para que el talento de Antuna despuntara. Una visoría del equipo más importante de la región, Santos Laguna, bastaría para que se uniera un año después a las fuerzas básicas santistas. No fue difícil que su nombre fuera conocido en el club y se consolidara como una de las principales promesas de la organización. 

A base de goles, regates y trofeos ganados, Antuna fue escalando categorías en el equipo de Torreón, mientras los directivos comenzaban a escuchar rumores sobre el interés de varios clubes europeos especializados en cazar talento joven para terminar de desarrollarlo. El grupo Orlegui, dueño del club, sabía que tenía en sus manos una futura venta millonaria. 

Estadísticas de Uriel Antuna
Estadísticas de Uriel AntunaFlashscore

El debut profesional

A pesar de esa expectativa económica, visión que suele prevalecer por encima de todo en el fútbol mexicano, fue imposible no comprender que el país tenía ante sí a un talento con una habilidad que no suele darse en estas tierras en las que la pelota es más una diversión y entretenimiento que un aspecto cultural determinante. 

A diferencia de otras partes de Latinoamérica y en el mundo, en México el fútbol es generalmente visto como una distracción complementaria de los niños y no como una manera explotar cualidades para encontrar un modo de vida. Con ese contexto, además del entorno violento del país que arrebata a jóvenes para delinquir, es común que los procesos de formación no sean tan completos con en Argentina o Brasil, donde la mayoría de los futbolistas de primera debutan en plena adolescencia y no pasados los 20 como muchas veces pasa en México. 

Por eso, un hallazgo como el de Antuna, forjado desde el contexto fortuito de la pobreza, las canchas de tierra parecidas al potrero sudamericano y el descaro para jugar, suele provocar ilusión desmedida en una afición que suele generarse sin esfuerzo expectativas fueras de la realidad y alimentadas por un nacionalismo feroz por una selección que ha dejado atrás su mejor época. 

Cuando Antuna debutó el 5 de marzo de 2017, con 19 años cumplidos. La expectativa de la ilusión nacional pronto se enfocó en sus virtudes, alimentada sobre todo por la narrativa de los medios mexicanos ávidos siempre de explotar la historia de un joven sobresaliente que irrumpe en un escenario monótono. 

Y esa irrupción hizo tanto ruido que el seguimiento que varios clubes europeos habían realizado durante años terminó por consolidarse en tan solo cuatro meses. Tras 120 días de haber debutado, mismos en los que Antuna dominó varios titulares semana tras semana, el City Football Group le regaló al fútbol mexicano una de las mejores noticias en los últimos tiempos al confirmar su traspaso. 

De la ilusión al desencanto

La imagen de Antuna firmando su contrato con la camiseta del Manchester City se hizo viral en México, mientras los medios comenzaban a diagramar una nueva era de la selección con el duranguense como una de las principales figuras. Y cuando todo el país supo que iba prestado al Groningen holandés, la ilusión de verlo terminar de forjarse en una de las mejores ligas formativas se incrementó. 

No obstante, mientras las luces, la atención y los medios se enfocaron en su historia con corresponsales de planta en Groningen para seguir sus pasos, Antuna fue envolviéndose en la nostalgia nacional apegada a la familia y a las costumbres nacionales. Con 19 años cumplidos, mientras la afición futbolística del país esperaba que sus dotes como jugador terminara de explotar para aferrarse a ellas, él no podía evitar sentirse perdido en suelo neerlandés. 

En México se dice "ya merito" para explicar que algo está inconcluso, incompleto o que simplemente no alcanzó a hacerse. Si le preguntan a alguien si ya va llegando a la cita pactada y está cerca del sitio elegido es normal que conteste ya merito. Si un jefe le pregunta a un empleado por una tarea asignada que está a punto de completarse es habitual responder que ya merito está lista. Y si un partido termina en empate tras una última pelota que impactó en el travesaño es normal sentir que ya merito se ganaba el encuentro. 

Ese concepto del ya merito también se ha visto ilustrado en las carreras de futbolistas mexicanos que ilusionaron en sus inicios y que no terminaron de corresponder a la gran ilusión generalizada que provocaron en una afición ávida de sentir que podían competir a gran nivel en competencias relevantes. En ese rubro, en el que está Giovani dos Santos, Carlos Vela e Hirving Lozano, entre otros, pronto se acomodó Antuna. 

En 2019, Antuna tomó el camino cómodo y opulento al aceptar la oferta de Los Ángeles Galaxy, de la MLS, menos de dos años después de aquella foto con la camiseta del Manchester City en la que firmaba un contrato con el aglomerado dueño del gigante de la Premier League. 

Desde entonces, en los cinco años que Antuna lleva en el hemisferio norte del continente americano tras pasar por Chivas y Cruz Azul, el mexicano ha construido, a sus 27 años un patrimonio acaudalado que ha alejado a los suyos de la pobreza con la que convivieron durante varias generaciones. 

Un mercado agitado

Hace unas semanas, Antuna fue protagonista de los titulares de los medios de comunicación como en su juventud, gracias a una oferta del AEK de Atenas que pretendía sus servicios. No obstante, como era de esperarse, dicha negociación no llegó a buen puerto por los estándares altos de la burbuja en la que está inmersa la industria del fútbol mexicano. 

Ese hecho, según revelaron distintas fuentes, provocó que Antuna pidiera a Cruz Azul poder salir del equipo y, sabiendo que pocos clubes en el mundo iban a poder pagar más de la cláusula de seis millones de dólares que tenía en su contrato, el duranguense aceptó la oferta del poderoso Tigres de Nuevo León, para volver al norte del país. 

Atrás quedó para siempre la ilusión de sus regates juveniles, el fichaje esperado que lo llevó a Europa y la esperanza de que sus piernas llevaran al fútbol mexicano a un lugar más preponderante. "Me faltó madurez", alguna vez dijo Antuna al hablar sobre su decisión de marcharse de Países Bajos para recaer en Estados Unidos. Y todo un país sigue lamentándolo.