Argentina vibra con sus campeones: "Es la mejor experiencia de mi vida"
"Es la primera vez que vengo a ver a la selección y es la gloria. Ahora que somos campeones hasta vengo al Monumental. Soy de Boca pero no me importa nada, quiero ver a la selección", dijo a la AFP Lautaro Vidal, un trabajador petrolero de Río Negro, 900 km al sur, quien dejó de lado la clásica rivalidad del fútbol argentino.
Este hombre viajó especialmente para asistir al partido junto a una amiga. Lleva una bandera en la que conviven la imagen del fallecido y legendario Maradona y Messi: "Son los dos más grandes de la historia", lanza.
El resultado del partido amistoso entre Argentina y un equipo suplente de Panamá es lo de menos para estos hinchas que lograron comprar una entrada entre más de un millón y medio de personas que hicieron fila virtual para adquirirlas por internet.
El partido es una mera excusa para celebrar y verlos de más cerca que cuando en diciembre regresaron triunfantes de Catar. Entonces, unas cinco millones de personas desbordaron las calles de Buenos Aires para celebrar el título con la selección, pocos días después del triunfo de Argentina frente a Francia en la final.
En su propia cancha
Esta es la primera vez que Messi y su ballet salen a la cancha en su propio país desde que sumó la tercera estrella a Argentina, después de lode Mundiales de Argentina (1978) y México (1986).
Desde muchas horas antes de la pitada inicial, las puertas del estadio Monumental en Buenos Aires se abrieron y un incesante movimiento de camisetas albicelestes llenó las calles aledañas.
Los que no tuvieron la suerte de lograr una entrada deberán contentarse con ver el partido por televisión. Decenas, engañados en la reventa, esperaron tristes en las veredas.
"Pudimos pasar hasta acá, pero nos dijeron que eran truchas (entradas falsificadas). Nos quedamos al menos para estar cerca. Además de la plata que gastamos nos da pesar por los chicos", dijo a la AFP una mujer decepcionada que no quiso dar su nombre.
"La mejor experiencia"
El estadio se llenó de muchas familias con niños. "Es un partido histórico, por eso quería estar", sostuvo Sergio Loscalzo, de 43 años, quien vino desde desde Ayacucho, un pueblo 320 km de al sur. Tomado de su mano está su hijo Bautista, de 11 años. "Esto significa la mejor experiencia de mi vida", aseguró el chico que por nunca antes había asistido a un partido en una cancha de primera división.
Mientras esperan, miles entonan "Muchachos", la canción que los hinchas argentinos hicieron célebre durante el Mundial. "Dale campeón, dale campeón", repiten.
Ana Paula Frontera, de 21 años, estudia en Rosario, la ciudad de Messi y Angel Di María. También ella llegó a Buenos Aires solo para ver el partido de la selección.
"No quiero hablar de Messi porque voy a lagrimear. Es lo más importante que hay en el mundo, lo tengo tatuado en la pierna alzando la copa. Es una locura para mí. No lo puedo creer estar acá. Lo único que quiero es verlo y verlo hacer su magia, y que no sea a través de una pantalla. Nada más", sentenció.