Marcelo, el coleccionista de títulos vuelve por donde solía
Cuando un jugador de 34 años, como fue el caso de Marcelo, abandona la disciplina de un club de la élite europea después de dieciséis años defendiendo sus colores y con las vitrinas a rebosar de copas, lo habitual suele ser optar por la retirada o por emprender aventuras menos ambiciosas en destinos exóticos pero de generosa remuneración y lejos de la presión que impone la obligación constante de la victoria.
Pero el futbolista que durante tres lustros hizo del carril izquierdo del Bernabéu el pasillo central de su vida no forma parte de ese perfil, a pesar de un discreto paso por el Olimpiakos tras su salida del club blanco.
Insaciable
Apenas cinco meses después de recalar en el club de El Pireo, Marcelo regresó a casa, al 'Flu' en el que se formó y desde el que dio el salto a Europa en 2006. Con el 'Tricolor', Marcelo vive a sus 35 años una segunda juventud y vuelve a demostrar un hambre voraz de títulos.
Porque el ganador de cinco Ligas de Campeones con el Real Madrid llevó al Fluminense a su primera Copa Libertadores tras vencer el pasado noviembre la final a Boca Juniors (2-1) en un partido en el que fue titular y que demostró que el vínculo de Marcelo con el éxito no tiene fecha de caducidad.
En el Santiago Bernabéu es una leyenda; jugador más laureado del club blanco junto al francés Karim Benzema, ganó además de las cinco 'Orejonas' y de los cuatro Mundiales de Clubes, seis Ligas, dos Copas del Rey, cinco Supercopas de España y tres de Europa.
25 títulos para engalanar un palmarés a la altura de muy pocos.
Pero fue esa Libertadores en el Maracaná la que llevó al club carioca al torneo que reúne a los campeones de cada confederación mundial, mas el campeón anfitrión, y cuya edición 2023 se disputa en Yeda (Arabia Saudí).
Algo que difícilmente se le pasaría por la cabeza a Marcelo cuando, un año atrás, las lesiones y la falta de adaptación al fútbol griego no hacían presagiar el éxito actual.
"Al principio teníamos el campeonato carioca y luego se inició la Libertadores. Era todavía algo reciente, teníamos un sueño desde que llegó, e incluso antes: pensábamos ganar la Libertadores y disputar un Mundial, pero al inicio, para ser sincero, era un sueño un poco lejano", confesaba Marcelo esta semana para la FIFA, organizadora del Mundial de Clubes.
"Club de mi corazón"
"Cada Mundial con el Madrid tiene un gusto diferente. Gané cuatro veces y ahora tiene un gusto especial porque lo disputo con el Fluminense, el club de mi corazón", reconoció.
Ahora se halla a dos partidos de un nuevo cetro mundial, el primero de ellos el lunes en semifinales contra el Al-Ahly egipcio, campeón de la Champions de África y sorprendente verdugo del Al-Ittihad saudita (3-1). Una victoria ante el equipo de El Cairo podría permitir un nuevo duelo entre Marcelo y el técnico del Manchester City Pep Guardiola, que tantas veces se vieron las caras con Real Madrid y FC Barcelona.
"Por respeto a los rivales, nunca vaticino qué puede pasar. Vamos a competir y jugar para ganar pero hay adversarios que también quieren ganar, no tengo cómo decir si lo podemos ganar o no, pero estamos con todas las fuerzas y la fe de que pueda pasar", proclamó.
Porque el del brasileño con el Mundialito es un amor correspondido. Cuatro veces lo ha jugado y en todas ellas lo ha ganado (2014, 2016, 2017 y 2018), quedando a sólo un título mundial de su antiguo compañero en la 'casa blanca' Benzema -ahora en el ya eliminado Al-Ittihad-, y al que puede dar alcance los próximos días en un palmarés que seguirá dominando Toni Kroos, todavía en el Real Madrid, que tiene seis.