Publicidad
Publicidad
Publicidad
Más
Publicidad

El Mundial de Australia y Nueva Zelanda, un torneo a dos velocidades

AFP
Países Bajos ganó 7-0 a Vietnam
Países Bajos ganó 7-0 a VietnamAFP
El Mundial femenino de Australia y Nueva Zelanda, que por primera vez reúne a 32 selecciones, expuso las grandes disparidades entre equipos cuyas jugadoras compiten en torneos exigentes y aquellas que juegan en ligas semiprofesionales o incluso amateur.

Así como hay selecciones que compiten regularmente en torneos regionales, otras tienen pocas ocasiones para jugar.

Las diferencias se hicieron visibles en varios de los partidos, como el de Brasil-Panamá, en el que las canaleras cayeron goleadas 4-0, pese a que su entrenador, Ignacio Quintana, aseguró que le jugarían "de tú a tú" a la potencia suramericana.

"Lastimosamente nos falta bastante para trabajar en nuestro fútbol femenino, que tengamos una mejor liga, que podamos competir", lamentó tras ese partido la volante Natalia Mills.

"Estamos acá haciendo lo que podemos", expresó Mills, figura del Alajuelense de Costa Rica.

Con tres eliminatorias mundialistas a su haber, Mills finalmente alcanzó la ansiada clasificación en un repechaje contra Paraguay y Papúa Nueva Guinea. Las condiciones, dice, cambiaron en esta ocasión.

Panamá cayó 4-0 contra Brasil
Panamá cayó 4-0 contra BrasilAFP

"Ha sido duro, esta es la primera vez que tenemos giras, tenemos amistosos, primera vez que nos dan una camiseta que cuando termina el partido las podemos cambiar. Nunca habíamos tenido eso", recordó Mills.

Muchos han comentado en el torneo que las distancias se han acortado, citando el hecho de que ya no se ven goleadas estrepitosas como el 13-0 que le propinó Estados Unidos a Tailandia en 2019, o el 10-0 de Alemania a Costa de Marfil en 2015.

Pero algunas selecciones que han se han llevado goleadas de menor calado reconocen que llegaron a Australia y Nueva Zelanda sin mayores perspectivas de avanzar en la clasificación.

"Estamos aquí para aprender, necesitamos un poco más de experiencia y calidad", reconoció Reynald Pedros, entrenador de Marruecos, debutante en un torneo mayor, después de perder 6-0 con Alemania.

Sin embargo, su equipo dio una de las campanadas en el Mundial cuando venció 1-0 a Corea del Sur, finalistas en la Copa Asiática de 2022.

El gato y el ratón

Después de perder sus primeros dos partidos en el Mundial, el técnico vietnamita Mai Duc Chung reconoció: "Las derrotas demuestran que las jugadoras aún tienen mucho que mejorar y aprender en el futuro".

Curiosamente, el técnico vietnamita culpó de los malos resultados en sus jugadoras, que "no siguieron la estrategia al pie de la letra (...) Pensaron que podían ganar y atacaron, dejando mucho espacio que Portugal aprovechó".

Vietnam fue goleada este martes por Países Bajos (7-0), después perder por 3-0 ante Estados Unidos y 2-0 contra Portugal en sus primeras dos presentaciones.

Uno de los que ha destacado la reducción de brechas es el técnico español Jorge Vilda, quien apuntó "resultados muy igualados y selecciones que son candidatas que les está costando ganar a rivales a priori de menor nivel".

"Lo que estamos viendo (es) el Mundial de mayor nivel que hemos visto y el más igualado", aseguró Vilda. Claro, lo dijo después de ganarle 5-0 a Zambia y 3-0 a Costa Rica.

En este último partido, sus jugadoras señalaron que las centroamericanas poblaron el área de piernas, lo que impidió a las españolas anotar las incontables ocasiones que tuvieron.

El periodista deportivo costarricense Rodrigo Calvo señaló que esa estrategia aplicada por Costa Rica y Panamá de contener al rival para evitar goleadas, es la que han utilizado en la Concacaf contra Estados Unidos (campeonas mundiales) y Canadá (campeonas olímpicas).

"La competencia en esta área es del gato contra el ratón", señaló Calvo, quien apuntó que la mayoría de las jugadoras costarricenses y varias panameñas juegan en la liga de Costa Rica o en su propio país, que "tienen una liga amateur".

Citó las excepciones de Jamaica, con numerosas futbolistas en la liga inglesa, y Haití, muchas de cuyas jugadoras actúan en Francia, como selecciones que han subido su nivel para competirle a Estados Unidos y Canadá en Concacaf.